Se desconoce la localización exacta de la fosa existente en el cementerio de Villanúa, por lo que las coordenadas se ofrecen a título estimativo. Contiene los restos de cuatro jacetanos asesinados en la zona de “Peñacaída”. Dos de ellos -Antonio Pueyo y Claudio Lacasta- fueron victimados en el “camino de Tabardito”. Los otros dos murieron en el vivero de Villanúa. Un quinto vecino de Jaca logró escapar en el momento mismo en que iba a producirse la ejecución. Todos ellos trataban de ganar la frontera para ponerse a salvo tras el sangriento enfrentamiento que inauguró la guerra civil en la ciudad altoaragonesa. Los cuatro fallecidos fueron enterrados en la parte central del camposanto, pero en la actualidad no queda rastro alguno de sus sepulturas.

Otras víctimas de la represión ejercida por los sublevados: un vecino de Villanúa llamado Alfonso Iguacel Berges fue asesinado en Jaca.