Al menos dos grandes fosas comunes perduran todavía hoy en el cementerio de Barbastro, localidad que fue escenario de innumerables muertes violentas entre los años 1936 y 1945, cometidas en un primer momento por los republicanos y a partir de abril de 1938 por los sublevados. Sería sumamente complicado cuantificar el número de personas que murieron en el pueblo, especialmente en el escenario de ejecuciones masivas en el que quedó convertido el cementerio municipal, pero sin lugar a dudas fueron varios centenares.

Esta fosa se halla cercana a la puerta del camposanto y contendría los restos de algunas de las cientos de personas ejecutadas por los sublevados en Barbastro entre 1938 y 1944. Se halla ornamentada con una placa de homenaje en la que figura la inscripción “La lucha por la libertad nos costó la vida 1936-1975”, colocada en ese lugar hace ya algunos años por “las fuerzas democráticas de Barbastro” que firman el homenaje. Sin embargo es de reseñar que se trata de un espacio muy reducido, por lo que no puede garantizarse que el monumento esté situado exactamente sobre la fosa común; muy bien podría tratarse de un lugar meramente simbólico.

La fecha de los acontecimientos es aproximada.

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