Esta fosa, que puede considerarse como desaparecida, se hallaba en algún lugar del interior del cementerio de Aladrén. En ella yacerían cuatro soldados rebeldes que fueron fusilados por sus mandos tras un consejo de guerra sumarísimo celebrado en la misma localidad después de haber sido sorprendidos cuando intentaban pasarse al enemigo. Habrían muerto en diciembre de 1936 y enero de 1937. Tres de los fallecidos eran de origen gallego. En el año 2010 la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica realizó diversas tareas de búsqueda y excavación en el lugar que no dieron el resultado deseado, por lo que la fosa puede considerarse a todos los efectos como desaparecida.