La iglesia parroquial de San Nicolás de Bari es un edifico barroco de grandes dimensiones construido en sillería, con planta rectangular de tres naves, la central de mayores dimensiones que las laterales, crucero no acusado en planta, cabecera plana orientada al noreste con sacristía adosada en la parte posterior y torre situada en el ángulo sureste que no sobresale en planta.
En el exterior, el cuerpo central de la fachada está enmarcado por dos pilastras lisas que terminan en un entablamento moldurado y se corona con un frontón triangular de ladrillo con un óculo abierto en su centro. La fachada principal cuenta con una portada articulada en tres cuerpos. En el primero enmarca el acceso un arco mixtilíneo con sus dovelas ornamentadas con bajorrelieves de motivos vegetales y florales. Sobre la clave de este arco aparece una pequeña escultura de un ángel. En la separación entre el primer y segundo cuerpo un entablamento clásico, con arquitrabe, friso formado por guirnaldas florales y cornisa moldurada, sobre el que se dispone una hornacina avenerada flanqueada por dos pilastras sobre plinto con fustes ornamentados. Situadas simétricamente a ambos lados de la hornacina hay adornos con motivos vegetales, roleos y hojas rizadas. Los dos primeros cuerpos están enmarcados entre pilastras lisas, que terminan en pequeñas hornacinas aveneradas, a las que lateralmente se añaden roleos, volutas y otros adornos en bajorrelieve. El tercer cuerpo está constituido por una ventana en arco rebajado dovelado, enmarcado por moldura, con clave resaltada sobre la que se coloca un motivo escultórico de un calvario con Cristo en la cruz. La escena está coronada por un dosel.
Los muros de sillería de la iglesia, excepto la fachada principal, se rematan con un entablamento de ladrillo formado por un friso de triglifos sobre los que se coloca una combinación de hiladas dispuestas en esquinilla y a tizón. La iglesia cuenta con cubierta de teja a dos aguas sobresaliendo el cimborrio octogonal.
La torre campanario, colocada en el lado de la Epístola a los pies del templo, tiene planta cuadrada y forma parte de la fachada principal. Los dos primeros cuerpos están construidos con piedra sillar y el tercero con ladrillo. En el segundo cuerpo las esquinas están achaflanadas y en cada uno de los paños se abre un arco de medio punto, enmarcado por pilastras, donde se sitúan las campanas. El tercer cuerpo es octogonal y en cada uno de sus frentes se abrió un óculo enmarcado por pilastras.
En el interior, la nave central y los brazos del crucero se cubren con bóveda de lunetos dividida en tres tramos separados por arcos fajones de medio punto que apoyan en una cornisa y un entablamento decorativo compuesto por arquitrabe, friso y cornisa sobre pilastras con capiteles de orden corintio.
Las naves laterales, de menor altura, se cubren con bóvedas vaídas y planas circulares sobre pechinas, y en ellas se disponen las capillas. El altar mayor se cubre con una bóveda rebajada elíptica sobre pechinas y en el centro del crucero se dispone una gran cúpula semiesférica sobre pechinas.
La iglesia tiene coro elevado a los pies sobre bóveda rebajada elíptica con pechinas.
Lo más destacable es la decoración del interior del templo mediante estucos en relieve y pinturas donde predominan los colores verde, granate y ocre, y en las que se representan motivos barrocos de rocallas, cartelas, volutas, flores y guirnaldas. La cúpula gallonada del crucero, donde se alternan las ventanas en arco rebajado con los óculos, cuenta con una profusa ornamentación con ángeles músicos flanqueando jarrones con flores. En el centro se representa el espíritu santo en forma de paloma esculpida bajo nubes y rayos. En una de las pechinas se conserva una escena con representación pictórica de unas ruinas arquitectónicas. En el altar mayor las pechinas estaban decoradas con la representación de los padres de la iglesia, aunque solo se conservan dos de estas imágenes, y en el centro de la bóveda rebajada hay un medallón con dos ángeles que portan los símbolos episcopales de la mitra y el báculo.
El altar mayor luce dos sargas del siglo XVI pintadas con la técnica de temple de cola, recientemente restauradas por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón, donde se narran dos momentos de la vida de San Nicolás de Bari, su bautismo y su consagración episcopal.