Iglesia gótico-renacentista construida a fines del siglo XVI por orden del arzobispo zaragozano Andrés Santos. Está construida sobre el solar de una anterior iglesia, dedicada a Santa María la Mayor. Del templo antiguo se conservó únicamente la torre mudéjar de tres cuerpos, a la que se le añadieron dos más en los siglos XVI y XVII.   Presenta fábrica de piedra sillar y de ladrillo en las partes inferiores.   Su interior está compuesto por una nave de cuatro tramos con capillas laterales entre los contrafuertes, comunicadas entre sí por arcos abiertos. La cabecera cuadrangular pasa a poligonal en altura por medio de trompas. Todos los espacios se cubren con bóvedas de crucería estrellada.   La capilla más destacable, es la primera del lado de la epístola, dedicada a la Virgen de Arcos. De estilo barroco, es de planta rectangular, cerrada por una cúpula ovalada sobre pechinas y con lunetos y una linterna central y soportada sobre pechinas decoradas con pinturas murales. La imagen de la Virgen, se sitúa en un pequeño baldaquino soportado de cuatro pares de columnas. Este se ubica en la apretura central de un retablo de estilo barroco, compuesto de los elementos habituales del orden clásico y sobreelevado de un banco.   A los pies de la nave central se sitúa el coro alto, sobre arco rebajado.   Al exterior se presenta como una robusta construcción de piedra sillar bien escuadrada hasta la cubierta y destaca la gran diferencia de altura entre las naves, disponiéndose allí los contrafuertes y los vanos de medio punto doblados. La capilla de la Virgen de Arcos, al exterior, apea sobre una calle cerrada por una bóveda de medio cañón hecha de ladrillo.   En la fachada de los pies se sitúan la portada, un ventanal y en la parte alta, una galería de arcos ciegos doblados, recorrida por dos finas impostas.   La portada situada en la fachada de los pies, junto a la torre, es de carácter clasicista y consta de dos cuerpos; en el inferior se abre el arco de medio punto enmarcado por pares de columnas exentas que apean en elevado plinto y se rematan con capiteles sencillos sobre los que se desarrolla un entablamento decorado con florones, al igual que los discos de las enjutas. En el segundo cuerpo se disponen tres hornacinas entre pilastras, rematando con entablamento simple y frontón triangular que aloja una pequeña hornacina.   La fachada presenta una zona de sillería de igual altura que la portada, también construida en piedra, pasando a continuación a la fábrica de ladrillo.   La torre mudéjar se dispone a los pies, en el lado de la epístola. Consta de cinco cuerpos y remate, siendo el primero de planta cuadrada y los restantes octogonales, respondiendo a diversas etapas constructivas. Al interior presenta la planta baja habilitada como capilla, comunicada con la iglesia; el segundo piso tiene machón central octogonal que se sobreelevó hasta el siguiente al ampliar la torre; los dos pisos superiores son huecos.   En el exterior, los cuerpos segundo y tercero de la torre tienen pilastras adosadas en los ángulos, a modo de contrafuertes. Los vanos son de medio punto doblados, abriéndose a partir del tercer cuerpo. La decoración consiste en friso de rombos, abundantes hiladas de esquinillas, cornisas con ménsulas en saledizo; se conservan algunas piezas cerámicas en dos bandas, como único ornamento del primer cuerpo. El quinto cuerpo es obra del siglo XVII y el remate, con arbotantes, adopta, ya en época contemporánea, la tipología de la torre de Utebo, como señaló Gonzalo Borrás.