Otal Otal, Fernando.
Año de nacimiento del informante: 1930
Idioma de la entrevista: Aragonés
"Pues mía, primero gusaban preparar as mullés u cualquiera un poco leña seca, allí en o fuego, en o fogaral. Y pa más bien tenébamos así leña seca de pino, rallas, y bel buxo pa'ncendallos o en algunos sitios teneban un'allaga o un papel, y claro, pues s'encendeba y ya se feba o fuego, pero como en algunas casas entonces, después de la guerra se iba tan escasos de perras…pos a lo mejor s'iban a buscar unas purnas ta l'otra casa pa encender. Y así pues encendeban o fuego. Y espues pues ya s'encendeba y ya s'iba haciendo fuego, y ya, pues claro ya empecipiaba a salir o fumo por a chaminera t'arriba. A lo mejor, según qué leña ponebas…A que más, a que más gusaba echar purnas yera a de chinebro. Esa echaba a peder, y luego veías to'as as purnas que se subían por o follín t'arriba medio quemadas. Luego, después, ya s'en iban apagando. Y luego, pues claro, arriba estaba o madero de a chaminera, un madero que heba cruzau, que aún está en muchas casas de estas de por aquí, y allí estaba o calderizo. O calderizo yera una cadena, con…, así con un soporte abajo y tenías un gancho y podías ponerlo más alto o más abajo, con las anillas que llevaba. Y luego, pues allí pos ya s'hacía comida, todo colgao en os ahoyos, porque allí hacíamos a comida casi siempre, y luego estaba todo o fogaral, que en algunos sitios teneban un par de piedras por atrás, en a tizonera, pa que no se nes fuera a leña. Y alante estaba pues o fagaril, o fogaral pa poner os pucheros, y pa caserolas, pa…En algunos sitios tenébanos una plancha de hierro, pero nosotros teneban una piedra, y luego en algunos sitios también teneban una piedra así redonda por delante –que eso es una maravilla, que aún en hay en algunas casas por algún sitio, pa que no se les ne fuera a cenisa y as brasas por a cocina–. Pos luego, también, eh, estaban toas as cadieras alredor pa sentanos, estaba a tizonera –se llamaba a parte d'atrás–. Y después pues eba un par de, en casa eba dos cadieras, una ta cada lau, y después eba otra cadiera grande, que la volvíanos allí en a cocina; yeba una mesa pequeña y allí pues cenábamos. Se bajaba así con un yerro (…) Y os demás comíamos en a mano casi siempre. Y espues pos a chaminera cuando estaba muy cargada de follín, pos cogébanos y la esfollinábanos, con un foricón y un escopallo de bucho. Pero tenebas que mirar que no te caer ata os ojos. Porque si no aquello escoceba más que o copón. Y eba que felo así porque si no pues cuando se cagaba mucho no saliba lo fumo, y riesgo a que te se pegara fuego y saliera o fuego por arriba por punta de a chaminera. Hay cosas muy curiosas de todo esto, pero claro, a veces, se olvidan o no se acuerda uno, o ya eso, pero esas cocinas yeran una maravilla. Lo único que te pasaba, que, por ejemplo, si estabas sentau en una cadiera de aquellas un poco (…) apartau d'o fuego, por adelante te quemabas y por atrás te chelabas. Y eso es lo que pasaba. A lo mejor gastabas una carga leña y no te calentabas. Y a leñera muy costosa porque, que costaba mucho de fela."