Hemos incorporado a nuestro portal web el Inventario del Patrimonio Inmaterial de la vertiente española del Sitio Patrimonio Mundial Pirineos Monte Perdido, promovido por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y ejecutado por un equipo interdis...
El castillo fue reconquistado por Alfonso I el Batallador e integrado en el señorío de Molina. En 1204 se firmó en él el pacto entre Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón. Posteriormente se incorporó a los dominios de la Orden del Hospital (siglo XV) y en el siglo XVII seguía en poder de dicha orden, según Labaña. Se trata de un extenso castillo que ocupa la cumbre del monte en cuyas laderas se encuentra la población. Gran parte de él sería derribado en el siglo XVI cuando se construyó en su interior, y seguramente utilizando sus materiales, la iglesia de San Juan Bautista; en aquella época ya había perdido toda su importancia estratégica frente a la frontera con el reino de Castilla. En la actualidad sólo subsiste un largo muro en el lado que da al campo e inserto en este muro se conserva un torreón cuadrangular, de alzado ligeramente troncopiramidal, con unas dimensiones aproximadas de unos 4 metros de lado por 6 de altura y sin cierre a intramuros. Es probable que la misma torre de la iglesia se construyera con fines defensivos aunque su aparejo es de mejor calidad por lo que se supone que sería restaurada en la época de construcción de la iglesia; en sus caras presenta alguna estrecha saetera. El conjunto se asienta sobre un pretil reforzado por contrafuertes que hace de muro contraterreno ante la plataforma donde se asentaba el castillo y actualmente el templo. Posteriormente a la construcción de la iglesia, se han ido añadiendo elementos a este conjunto como la vivienda del sacerdote, la sacristía, etc.
La Desamortización trajo consigo la ruina de muchos monasterios, rapiñas, expolios…, pero también las primeras iniciativas estatales para salvaguardar nuestro patrimonio. En 1844 se crearon las Comisiones Provinciales de Monumentos, cuyo objetivo era inventariar, recuperar y trasladar a las capitales de provincia las obras de arte más destacadas que habían quedado abandonadas en los conventos. De allí surgirán nuestros museos provinciales, uno de los cuales, el de Huesca, celebra este año su 150 aniversario.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002