
Para terminar con las novedades correspondientes a 2024, fruto de nuestro empeño en seguir mejorando la información ofrecida a través de nuestros catálogos web, os informamos de que hemos incorporado a nuestras bases de datos y publicado 1142 fo...
Continuamos con las novedades del otoño en el portal web de SIPCA, cuyos objetivos son solucionar lagunas en nuestros catálogos y seguir mejorando de forma permanente la información ofrecida a través del portal.Y en esta ocasión hemos incorporado a n...
Situada en la cima de un cerro con gran visibilidad en torno a ella, se trata de un torre de planta cuadrangular rodeada por un pequeño foso o trinchera para dificultar el acceso enemigo. Estaba destinada básicamente a la realización de señales ópticas a lo largo de una red de fortalezas similares que se extendía desde Zaragoza hasta Amposta por la orilla derecha del Ebro.
Está construida en mampostería reforzada con piedra sillar en las esquinas y revocada de yeso por el interior. Consta de dos plantas y una azotea protegida por un pretil con troneras, que se distribuyen según una estructura funcional común a toda la mencionada red de torres. La trinchera exterior tiene cierta profundidad y sus muros laterales están reforzados en algunos puntos con mampostería.
Al exterior destacan las embocaduras de dos hileras de aspilleras para fusiles, situadas en los dos pisos superiores, más las troneras que se abren en el cuerpo de remate. Asimismo, la puerta, abierta en alto, en la última planta, a la que se accedía mediante una escalera provisional que salvaba toda la estructura del foso. También destaca la articulación de las fachadas mediante sendas bandas de sillares en los puntos de separación de los pisos, con una cierta voluntad estética.
En el interior ha desaparecido toda la estructura de madera que configuraba los pisos, aunque aún son visibles los huecos en los muros donde se insertaban las vigas. Actualmente en este espacio solo son visibles los muy numerosos huecos con gran derrame interno de aspilleras y troneras, cuatro por cada lienzo de muro.
Originalmente, la planta baja estaba destinada a almacén. La primera planta tenía la función de albergar la guardia. En la azotea se disponía el aparato de telegrafía óptica para la transmisión de los mensajes.
Si bien para la imaginación popular la mayoría de los puentes que encontramos sobre nuestros ríos son “puentes romanos”, realmente el momento álgido de su construcción en nuestra región fue la baja Edad Media. Por eso hemos preparado un par de podcast para conocer los más destacados ejemplos de obras medievales en Aragón. Pero antes de lanzarnos a nuestros caminos, indagamos en el contexto que rodeó esta proliferación de puentes, descubriendo cómo se planificaron, quiénes los financiaron y los construyeron y cuáles fueron los mecanismos que se establecieron para sufragar el mantenimiento constante y gravoso que requieren estas infraestructuras.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002