A partir del 14 de octubre iniciamos la que va a ser nada menos que nuestra décima temporada de colaboración en el espacio cultural "La torre de Babel" de Aragón Radio, dirigido y presentado por Ana Segura. Como en años anteriores, la colaboración de...
Se trata de un masía fortificada de origen señorial, orientada al sudoeste, en una situación dominante sobre un barranco a lo largo del que se elevan numerosas masías, en torno al antiguo camino que comunicaba Cantavieja y La Cuba. Las laderas que circundan el conjunto se encuentran abancaladas para su aprovechamiento agrícola.
Presenta una torre central de gran envergadura y remate almenado, rodeada por un conjunto de edificios. Entre ellos pueden destacarse un pequeño cuerpo de vivienda y una capilla dedicada a Santa Ana, flanqueando la torre por ambos lados, y un gran pajar ante cuya fachada se abre una gran era empedrada, adosado a la torre por su parte trasera; asimismo, diversas construcciones de menor entidad dedicadas a corrales y espacios de almacenaje. El conjunto está circundado por un pequeño muro de piedra seca.
La torre, de unos 15 metros de altura, está realizada con un buen trabajo de mampostería, reforzada por sillares en las esquinas, que originalmente estuvo encalada. Se accede al interior mediante una puerta de arco de medio punto con grandes dovelas. En el eje vertical de la puerta se abren otros vanos: una ventana con alféizar moldurado y, sobre ella, una ventana también adintelada de menor tamaño. En la parte superior de la fachada se abre la hilera de huecos del palomar, enmarcados por una moldura saliente bajo un tejadillo de escaso vuelo. Tiene remate almenado, con merlones de gran tamaño bien conservados.
En la capilla destaca la portada, adintelada sobre ménsulas y jambas de sillería, enmarcada a su vez por un gran arco ciego de medio punto, que apea en jambas también de sillería rematadas por molduras escalonadas.
Los libros, bibliotecas y hábitos lectores constituyen un capítulo apasionante de nuestra historia cultural. ¿Qué leían nuestros antepasados? ¿Cómo eran las bibliotecas de los humanistas, clérigos y nobles en el Renacimiento o el Barroco? Buscando una respuesta a estas preguntas, nos asomaremos a la Huesca del siglo XVI, una pequeña pero pujante ciudad que contaba con una universidad y con una imprenta recién inaugurada, para conocer las bibliotecas y prácticas lectoras tanto de sus élites como de unos ciudadanos que también disfrutaban de lecturas públicas.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002