A partir del 14 de octubre iniciamos la que va a ser nada menos que nuestra décima temporada de colaboración en el espacio cultural "La torre de Babel" de Aragón Radio, dirigido y presentado por Ana Segura. Como en años anteriores, la colaboración de...
Situada en el denominado "cerro de las Bodegas", esta bodega presenta, al igual que muchas otras bodegas de Almonacid, dos partes bien diferenciadas: una nave auxiliar, al nivel de la calle, donde se producía el proceso de vinificación y se encontraba el acceso a los lagares; y la bodega subterránea propiamente dicha, donde se almacenaba el vino en grandes cubas, con acceso desde la calle de la Virgen del Pilar.
La nave auxiliar se halla en superficie. Es una construcción de planta cuadrangular, con cubierta a dos aguas, teja al exterior y viguerío de madera cubierto de cañizo al interior, sostenido por un gran pilar central.
Aquí se encuentran las compuertas de acceso en el suelo a los dos lagares, con capacidad de 370 hectolitros, y la maquinaria de vinificación: prensa de hierro de comienzos del siglo XX; tres estrujadoras que testimonian la evolución histórica del proceso industrial (una mecánica o manual de madera, la segunda de hierro fundido y una tercera metálica de la segunda mitad del siglo XX); prensa horizontal sobre carro; pequeña prensa del siglo XX de madera y hierro, y tubo brisero.
La cueva bodega está excavada en la ladera. Se accede a su interior por unas escaleras, con cuatro pilas de 50 hls. Tras esta intersección, continúa una galería abovedada, reforzada por arcos fajones de ladrillo, de 6 metros de largo por 3 metros de anchura, en la que se ubica una cuba de 70 hls. Las escaleras acceden al canillero donde en la pila se vierte el mosto desde arriba.
Los libros, bibliotecas y hábitos lectores constituyen un capítulo apasionante de nuestra historia cultural. ¿Qué leían nuestros antepasados? ¿Cómo eran las bibliotecas de los humanistas, clérigos y nobles en el Renacimiento o el Barroco? Buscando una respuesta a estas preguntas, nos asomaremos a la Huesca del siglo XVI, una pequeña pero pujante ciudad que contaba con una universidad y con una imprenta recién inaugurada, para conocer las bibliotecas y prácticas lectoras tanto de sus élites como de unos ciudadanos que también disfrutaban de lecturas públicas.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002