La ermita de la Virgen de Pineta es referencia insustituible de la religiosidad popular del Valle de Bielsa y estaba acompañada por una valiosa cruz exenta de forja. La tradición, los relatos históricos y las propias canciones populares cuentan que la Virgen de Pineta debe este nombre a haberse aparecido sobre un pino a un pastor y que había sido traída por los ángeles desde el vecino Valle de Barecha. Así fue que los habitantes de aquel valle, al echarla en falta, comenzaron su búsqueda hasta que finalmente la encontraron en Pineta desde donde la volvieron a llevar a su pueblo pero no mucho después la Virgen se apareció por segunda vez tomando asiento en una fuente que desde entonces es conocida como la Fuen Santa y a la que se atribuyen propiedades milagrosas como que no se agota nunca excepto que se eche en ella algún objeto inmundo o se utilice con fines indignos tal como cuenta el padre Faci en el siglo XVIII. Otra versión de la leyenda dice que cuando los vecinos del Valle de Barecha se llevaron la imagen de vuelta se detuvieron a saciar su sed en la misma “Fuente Santa” cuya agua les indujo al sueño de manera que la Virgen aprovechó para volver a su lugar escogido en Pineta. Se dice además que la antigua imagen de la Virgen estaba mirando hacia el puerto de Barecha para dejar constancia de su origen.
De esta Virgen se cuenta asimismo un relato que recuerda algunos milagros atribuidos a San Úrbez pero que parecen mucho más vinculados al apoyo a los valores ganaderos pues lo que relata la memoria popular es la protección de la Virgen a los pastores del valle. Además, los gozos de la Virgen de Pineta incluyen un episodio en el que un ganado que se había perdido fue hallado gracias a su intercesión en un bosque donde un oso “atento, humilde y rendido” lo guardó sin hacerle mal alguno.
A la Virgen de Pineta se sube el día 12 de octubre (antes también el último domingo de mayo) desde todas las poblaciones del valle (Bielsa, Parzán, Espierba, Chisagüés y Javierre). Antaño se cantaban gozos, se bailaba y se hacían buenas lifaras (comidas festivas).
“A la Virgen de Pineta subíamos pa’l Pilar y se subía, pues mira, antiguamente yo cuando era pequeña, con los burros, con los caballos, con eso. Y se pasaba todo el día allí. Se hacían los fuegos y se hacía cada familia. Después te juntabas y llevaban los crespillos, que era la comida de aquí, y era, vamos, era una cosa…” Javierre, año 2019. Mujer n. 1945
“En mayo, a Pineta, el último domingo de mayo había una romería. Y allí, aquel día allí, se comía y se hacía misa. Subía todo el valle, pero entonces se subía andando, se subía con carros a veces, luego ya más tarde con los camiones. Cada uno llevaba sus comidas y comía ande quería. Y entonces como se podía hacer fuego, pues había gente que subía y hacía una paella o costillas asadas o… entonces no era como ahora. Eso de cría. Se subía el último domingo de mayo y el día el Pilar. Subía el cura de Bielsa y aún se sigue subiendo. Lo que pasa… Bueno, en mayo ahora subimos casi todos los sábados, pero ya no es lo mismo, ahora suben, se hace la misa y p’abajo. Así es, pero entonces no.” Bielsa, año 2019. Mujer n. 1950
La continuidad de este elemento es alta en razón a que la romería continúa realizándose y buen aparte de las tradiciones permanecen en el recuerdo de las personas mayores del valle.