Otín Otín, José. (01/01/1986)
Descripción del cuerpo de San Úrbez que era venerado en las rogativas de agua en el Santuario de Nocito y que fue quemado en la guerra civil.
Testimonio José Otín Otín, nacido en 1907 en Artosilla.
Que antes estaba en el arca y lo abrían cuando llegaban las tres llaves que eran las que había en Huesca, otra en Nocito y otra en Laguarta. Una vez que abrían las llaves, lo sacaban. Y lo pasaban para sacarlo a adorar. Y se adoraba en una rodilla. Y había un espejo, que aún decían que una señora una vez, le había dao un mueso y se iba llevao un poco de carne. Y para que no ocurriera eso le pusón un espejo. O sea, un cristal delante.
Y una vez que se adoraba lo volvían a recoger y lo cosían. Que estaba en una mortaja, y lo volvían a coser. Lo descosían desde la cara hasta el pecho. Se le veía el pelo completamente gris. Todo así replegao y la barba cerrada y con poco pelo caído de la cabeza.
[Pero lo sacaban solo en situaciones de…]
Cuando venían los romeros de Arbella, si no, no salía. Para estas veneraciones de aquí, no.
[O sea, cuando la veneración era muy grande que hacía falta mucha agua, ¿no?]
Sí. Cuando subían los de la comarca de Angüés. Y venían los romeros de Arbella. Y esos señores venían desde Arbella porque aquí tenían que decir una misa, se reunían antes, decían una misa en Arbella y al otro día salían. Los pedían voluntarios, si querían. A comer a casa de Don José Laguarta, Villacampa. Dispués por a Aineto, a dormir al santuario. Les esperaba el prior, decía un responso y estaban toda la noche en el altar haciendo penitencia. Al otrol día llegaba todo el pueblo, general, a hacer las veneraciones y dispués ya se deshacía todo y ya se marchaban después. Y ya cada cual a su sitio. Y esos señores venían como con un ropón viejo y un palo con una cruz, andando. Y tenían que ir a doce pasos de distancia porque no los dejaban juntar. Y sin hablar palabra, decían.
Esa era la costumbre que tenían antonces.