“En arribá la primavera, qu´en comensaba á brotá el terreno, qu´en comensaba á rechetá el monte, pues se feba la misma faena, se soltaban (las ovejas) y ya cuan en comensaban á minchá pel monte se sacaban d´es campos y se marchaban y encá en el mes de abril encá tornaban t´a casa, pero en llegar allá ta saguers d´abril se pillaban y ya s´encomensaba… se llevaban as baranas, que se diba, qu´eran esas cuadros –las plletas que se tancaban– que eran unos piquetes de madera, dos piquetes con unas tablillas así de diez centímetros, veinte, se formaban y se tancaban aquellas baranas y se dixaban de nit t´a fora, al caer de la nit, cuando se feba de nit se tancaban, las tancaban, las dixabas allí y pillabas y t´a casa andando. Y de maitino pués, después de almorsá, tornabas a marchá y a soltalas pel monte, y a guardalas to´l día pel monte. Eso ye lo que se feba en primavera. Y aparte, pues es que treballaban a casa, a´s campos, anabas, que teniban sembrau pentinetas, i-eba que espedregar, sacaban pedras d´es campos en un ballarte y en canastos d´ixas de dos anseras tamé y, ¡hala!, llévalas allá a un montón y t´a que se podesen dallá después en la dalla, y ya comensan a prepará sembrar las trunfas, que se feba tamé, sembrá las marserías, que se sembraba ordio o sivada, y eso hasta que veniba ya l´hora de fer la yerba, y después la siega, y continamente ya se iba de una cosa t´a otra.”

• SATUÉ OLIVÁN, Enrique. Archivo Enrique Satué Oliván. Testimonios de aquel Pirineo. Archivo sonoro, 2000-2007.
• SATUÉ OLIVÁN, Enrique. Siente. Testimonios de aquel Pirineo. Zaragoza: Prames, 2016.