Pesquer Carrera, Agustín. (22/03/2021)
Pero… después va ir a traballar aquí a las casas de los camineros. Vam estar, pos antes de ir a la mili, pos no sé, bel par de años o tres, o por ahí. A ratos, porque entonces la agricultura no eba igual que ahora. Que ahora se fa to con maquinaria, pero entonces la viña daba faena y los meses… Va dar la casualidad que el encargau que estaba eba amigo de mi padre, que había fecho la mili con mi padre, de Perarrúa, y:
―Oye, déjame el zagal, cagüen diez, que no encuentro a gente por aquí, no sé qué.
Y bajabam cuatro o zinco de Torrobato.
―Mira, te lo dejaré, pero n’abrá temporadas que no…
―Pues nada, cuando te haga falta te’l quedas en casa.
Y así va estar asta que va ir a la mili. Pero después ya, cuan va venir de la mili, ya me va meter con Molendó y después de albañil va trabajar to la vida.
[Y s’acuerda cuánto le pagaban?].
Si m’acordo… Ya lo creo que m’acordo! Te voy a dir una cosa… Porque la gente, sabes, ahora hablan, dizen unas tonterías, allí sentaus… Es que, es que yo no sé, la gente de allá de por la India y de no sé dónde son esclavos, los tienen como esclavos, trabajando. Pos dicen que les dan un euro al día.
Sabes por cuánto he trabajau yo? Lo sabes? Pos 80 pesetas é la mitad de un euro, al día, no? Sí, tamé vam ir un invierno, me parece vam ir a los pinos. Y ochenta pesetas. Y cuan vam bajar aquí, pos mira, aquí mos daban dieziséis pesetas la ora. Dieziséis por diez, ciento sesenta. Ziento sesenta pesetas.
[Ya casi llegaba al euro!].
Los años… Esto eba ya, el año mil novezientos sesenta y seis, o por ahí. Pero nosotros, de antes en los pinos, ya te digo, medio euro. Pos si nosotros hemos trabajau por medio euro, le digo yo.