Serena Cereza, Montserrat. (21/09/2021)
―Un, dos, tres, repita otra vez.
Y se mira p’atras. Si cogía a alguno que se movía:
―Pues p’atrás! ―No le dejaba venir… sabes? Y volvía otra vez:
―Un, dos tres, pica pared. ―Ahora―: Un, dos tres, pica pared.
Y te volvías atrás. Hasta que te tocaban, sin verlo. Entonces se cambiaban.