Araguás Baldellou, Luisa. (23/08/2021)
Digo, m’acordo, a yo m’encantan las ovejas. Y me gustaba ir-las a buscar. A Santaliestra, allá abajo a la torre Fernando, pero en la orilla del río, por la parte de arriba. Y m’acordo que me acercaba yo a aquel hombre, al que mandaba de los pastors, de cuando bajaban, y… Porque ya estaba leén la lista, y… De las que faltaban.
― De tal marca… en falta una de esta marca, de esta marca, de esta marca, de esta marca.
Y a lo mejor, nuestra no diba ninguna, pero algún año, m’acordo un año que va dir, que va… Digo, pos ya le’n va dir a papá, digo:
― Mira, esta… Falta una de casa. Aquella s’ha perdiu o se l’han comiu u lo que sea.
Entonces yo ya me va, por las que habían mandau, no sé si [...] veintiocho o trenta, no sé. Así iban, más o menos. Y yo me va meter a la expectativa, y antes de llegar a casa ya sabía cuala faltaba.
[Ah, mira! Las conozeba!].
Sí, sí. Me gustaban muchísimo.
[Las conozeba usted a ellas y ellas la conozeban a usted].
Tamé, pero vamos, yo a ellas, fijo.