Las arnas las febam de caña y las rebutiam por dentro y por fuera de estiércol de ternera, de vaca, de toro o de buey. Aquello lo ponían bien tierno y con una bocha lo ponían hasta que no se veía la luz. Porque si se veía la luz no querían entrar ni querían aguantar. Le tenían que dar un buen baño por fuera y por dentro.
[¿Y de tapa?].
Y de tapa, de tapa, pues, unas eran de madera, otras de losa, de piedra, según…
[¿Y les dejaban un agujerer?].
Oh, claro. Una bollonera.