En aquellos tiempos, hacían, cogían, cerdas al “colloc”. “A colloc” es que gente que tenía cerdas y las llevaba a otro, las llevaba allí para que las cuidaran. Porque había muchas bellotas, en aquel pueblo. Y las arrendaban pa, pa comer las bellotas. Y allí en aquella casa, que está debajo de Casa Molí, que está medio espaldada, tenían mucho carrascal, y cogió un zagal de Besians, que estaba un poco tocau de la cabeza, o un poco tal cual, y lo cogieron pa que les guardara las cerdas, por los carrascals, y dice: 

―Sobre todo no las pierdas, ¿eh? Julián, sobre todos cuídalas, no las pierdas. 

Bueno, y el zagal se… Al salir de la casa, de un carrascal, hacía: 

―Seño Ángel, Seño Ángel, ya las en tengo todas, las zinco chinonas y el fraixenco. 

Lo iba repetín, ¿sabes? Lo iba repitiendo pa que el Seño Ángel lo sintiera. Y esto ya [...] grabau allí, pero esto ya de chavales, eso era antes de nosotros, bueno, seríamos críos, pero siempre hemos sentiu cantar ixo de: 

―Seño Ángel, seño Ángel… Ya las entiengo todas, las zinco chinonas y el fraixenco.