Lacambra Vidal, José. (07/06/2021)
Sí, también contaba ixe abuelo, estaba con el zagal, se fueron por allí, paraban zepos y… Va y les cae un cuervo en un zepo y dize:
―Ah, pos mo’l hem de comer.
Un cuervo! Con que, nada, sí, sí, por la noche, en la vilada, esas veladas que cenabas a las ocho y hasta las doce o por ahí, pues que se cuecen el cuervo en casa, y cuando teneban el cuervo coziu, llaman a la puerta, y era uno de casa Cera. Terminaron que estaba en Zaragoza, tenía una carbonería, y luego dispués los hijos se pusieron un hotel y hicieron un hotel allí en Zara… Ahora no sé cómo debe estar. Pero mira aquel hombre, que era hijo de casa Cera, dice:
― Voy a ver a Pedro, voy a ver a mi amigo.
Llegó allí y dice:
― Oy, Pedro! Hombre ―Ramón me parece que se llamaba, dice― Cagon diez, a punto llegas! Tengo un esparbero, mol’im a comer ahora! Llegas a punto, partiziparás!
S’asenta allí, en la cozina, en la fuente, el cuervo allí, era una pizca, y dize:
― Ah, pues, é duro pero… bah, bah! Está bueno.
― L’encontras bueno?
― Sí! É un poco duro, pero bueno.
[Le va dir que eba un esparbero].
Sí, no, le van dir que eba cuervo, lo que era un esparbero!