Lacambra Vidal, José. (07/06/2021)
[Y quién le va enseñar a usted, a fer-lo ixo?].
Pues mira, me va enseñar la miseria. Marché a la mili con seiscientas pesetas, me parecía que ya era algo, seiscientas pesetas. Me va durar, nada, porque había que comer. No estabas acostumbrau a los ranchos que allí daban, ibas a comer a la cantina… Y aquellas seiscientas pesetas se van evaporar, y dispués ganaba dos reales cada día, fíjate tú qué salario. Termina la mili, año y medio que estuve allí, salí de allí con el capital que había ganau, ¿y ahora qué? ¿Ande vas ahora? No trabajo por ningún sitio, cagondiez!
[Ane la va fer, la mili?].
En Boltaña. Y uno de Santaliestra, que era carbonero, estuvimos allí juntos en la mili, y me dice:
─ Oye, m’ha saliu un sitio pa trabajar en Caneto. Quiers venir?
─ Ah, pos igual, sí.
No sabes ande ir… Pa ir de criau por ahí, te sacan la piel. Ah, pos bueno. Va ir p’allí, macagüen… Va pasar más calvario ahí, una calor en aquellas barranqueras! Ni agua, ni vino, ni Dios que te la crió!
[Y ane se quedaban, cuando feban las carboneras?].
En una caseta de tierra, en una chabola, se hace una chabola. Ya verás, por ejemplo, ves, haces esto. Buscar un alto, y ahí apoy…. Pones un palo, y aquí pones una horquilla, pa que s’aguante el… El palo, ¿no? Y después, palos así, por los dos laus, y luego lo forras de leña, y tierra arriba. Y allí estás bien, allí no pasas calor, estás muy bien. Pero bueno, eso vale pa… Pa un tiempo. Pero bueno, allí paramos… Pos casi un año en ixa caseta.