Lacambra Vidal, José. (07/06/2021)
[Feban carbón tol’año, o sólo pa verano?].
No, tol’año, tol’año. Tol’año. Entonces ya después… Ahí en Caneto estuvimos siete meses u ocho, hicimos setenta mil kilos, me acuerdo. Y luego fuimos a Samper y allí hicimos tres meses allí, no me acuerdo qué se hizo, pero allí también hicimos bastante. Ya digo, bueno, ese tío era un… No me pagaba, lo que habíamos acordau, terminamos… Bah! Me quedó a deber tres mil pesetas de aquellos tiempos que también era [...]. Y digo:
─ Pues ahora me voy a poner por mi cuenta, y así no mezclo a nadie.
Y cocía en el Mon, allí estaba estupendo, luego subí a Arbués. Mira si sería, si tendría bien aprendido el oficio, que uno de Casa Castro, que hace poco se murió, me dice:
─ Ese [mío], ahí tengo un piazet, que no sé… N’hai mucha, no sé… Cuánto… Una boleta, pequeño…
─ Pues to lo que venga, sea venga.
Con que, le paro la carbonera, la preparamos y una vez que está to [encallau], que se dice “encallar” cuando se ha terminau, digo:
―Esto, ¿sabes qué tendrás?
―Oh, ¡no sé cuánto!
―Digo, pues esta de mil doscientos a mil cuatrocientos dos kilos.
―¿Hasta los dos kilos?
―Sí.
―Hombre, no [...]. Mira que…
Sí, sí. Lo cocemos, y sacamos, lo pesamos, y… Y salió justo: mil doscientos cuatro kilos.
―Mecagon diez. ¡Será posible!
[O sea, que se’l va aprender usted muy exacto, muy preciso].
Sí, sí. Digo:
―A mil doscientos dos kilos te saldrá.
―No me digas, mecagoendiez, oi!
Sí, sí. Cuando pesa con la romana:
―Mecagoendiez, ¡será posible!