Torres Rubiella, Raquel. (26/07/2021)
Yo eba cantadera, tamé como él, me va enseñar de muy chiquinina, y papá eba mui rondador, iba por… En Naval, había iu a rondar, porque enzima eba un poetón. Mi padre le diban:
―Mira, fulana, fulana y Raquel.
«Trin, tron, tron», y lo sacaba a las tres. Teneba esa grazia. Y cuan Erica, la mi hija va comulgar, pues él ya feba nueve años que estaba mal, ya casi no hablaba. Que va vivir malo veintidós años, eh? Los treze años últimos sólo respiraba. Pues le digo yo vestín-lo:
―Le tendrá que cantar una jota a su nieta! ―Pobre, ya casi no hablaba. Digo ―Hombre, ya sería lo último que no! Tantas que en ha cantau!
Y al poco rato, acabán-lo de vestir, me va decir:
―Ya está. ―Dize:
Que bonita vas por fuera / y por dentro Dios lo sabe / eres un arca cerrada / que se ha perdido la llave.
M’ha acordau siempre, y ella tamé s’acorda, porque l’en va dir [...]. Eba mui cantador. Y amás que teneba ixe don. Jotero! Buah! Sí, mucho. De to.