Torres Rubiella, Raquel. (26/07/2021)
Y en casa mía, a papá el mío el conozeban igual en Secastilla que en to, porque mi padre muchos años recogeba las piels. De conejo, de cordero, de to. O sea que, llevaba una… Que a yo me daba una rabia… [Risas] Mi pare eba muy dicharachero, llevaba una zesta muy maja, con hilos… Claro! Hilos, agujas, medias, istorias y mandangas, allí en dentro. Y muchas, más viejas que yo:
─ Me feba una grazia aquella…! Tan bonico!
Digo:
─ A yo miaja. Oh! [Risas]
Y sólo va faltar que cuan yo eba cría, como papá recogeba piels me diban “pielera”. Y ixo ya…! Ixo ya eba lo último pa yo! Qué tonterías, pero, cosa de críos, claro.
[Y su padre iba a vender por os lugars?].
Papá iba a comprar-las. Y llevaba una zesteta que a lo mejor daba cambio con una bovineta de hilo, o dos agujas…
[Y de rabosa tamé en recogeba?].
De todas en recogeba! Porque después él, él las curtiba, o sea las… Las estiraba, les meteba un producto, como una sal o no sé qué, pa que se secasen y quedasen ben, si no no se pueden vender. Y las llevaba a Barbastro, a vender a un tal Padro, sí. Ixo m’acordo… Y rabosas, de tó! Amás eba muy cazador. O sea, que… En casa mía de tó!
[Y paraba zepos].
Oi! Y le digo yo, cuan mos vam casar, le digo, si ara vivise… Mi marido eba el forestal. Digo:
─ Ah, rediola! Pobre de usted, a la cárzel iría. [Risas] Con los zepos que ha metiu usted en esta vida.