Sanz Gros, Laura. (04/04/2021)
Mi abuelo había estau, de crío, de crío y no tan crío… Bueno, no sé si va ser su abuelo o su pare, estaba servín en Casa Ric, aquí, en casa, digamos. Porque mi abuelo va nazer en una caseta d’ixas. Estaban los padres, su mare estaba de sirvienta o de lo que fuese, planchán, sí que les había sentiu dir a mi abuelo perque él teniba mucho odio a que isem descalzo. Y una vez yo digo:
―Jolín!
Aquello de crío que a lo millor vas pa’l verano descalzo, o lo que sea, y me va dir mama:
―Sabes per qué tiene…
Digo:
―El yayo siempre protesta cuan me vei descalza, siempre me grita, no sé qué…
Diz:
―Pos sabes per qué?
Yo sabeba que se había criau… Que era muy chovené que se va quedar sin mare. Y dice:
―Perque su mare, estaba, cuan estaba, que serviva, u estaban, ya teniban los críos, claro está, en Casa Ric ―dize― planchaba. Y se ve que teniba mucho calor y la muller se va descalzar. Va coger una pulmonía que no la va dejar vivir. ―Dize― Y per ixo no mos ha podiu ver nunca ―dize― a nusatros tapoco.
Y cuan mos veyeba a las nietas, tamém os… Siempre:
―Mira si queriz fer el favor de calzar-tos!
Perque él era muy rigores, pero… Descalzo, no’l va ver nunca! Iba con chinelas, con lo que fuese, pero descalzo, no.