La casa se eleva cerrando uno de los frentes de la plaza, dispuesta en escuadra a los pies de la iglesia. Al parecer se encontraba unida a esta por un pasadizo elevado, del cual se conserva únicamente un arco rebajado que atraviesa la calle desde la plaza a la iglesia.
Es un voluminoso edificio de planta rectangular y cuatro pisos de altura, realizado con mampostería y cubierto a dos aguas con losas de arenisca.
Su fachada, que se encuentra situada en uno de los lados cortos del rectángulo, concentra la mayor parte de los elementos de interés. Sin embargo, aunque desconocemos las características de la fachada original de la casa, ya que no se han conservado fotografías, sí sabemos que la actual está muy transformada a causa de una rehabilitación sufrida hacia 1970-1975, durante la cual se integraron en ella elementos procedentes de otros edificios.
Por ejemplo, sabemos que los dos elementos más antiguos e interesantes, la portada y la ventana geminada de la planta principal, proceden de la desaparecida casa Buesa de Botaya. La portada se abre ligeramente descentrada en la planta baja; es un vano en arco apuntado, cuya clave está ocupada casi en su totalidad por un escudete plano en relieve, que apea en jambas de sillería. Por su parte, la ventana es un doble vano en arco conopial, con parteluz de sección cuadrada. Ambos parecen contemporáneos y pueden datar del siglo XVI.
Junto a la puerta hay inserta una placa de piedra donde aparece en relieve el símbolo del monasterio de San Juan de la Peña, un cordero portando un lábaro. Desconocemos si es también una reposición o se encontraba originalmente en la abadía, pero en cualquier caso su ubicación actual es diferente a la que pudo tener en el edificio original, lo cual suscita dudas.
La segunda ventana de la primera planta y las dos de la siguiente son muy similares entre sí: adinteladas, enmarcadas por jambas de cantería, con alféizares moldurados de escaso vuelo. Sin embargo, solo son originales las del lado derecho de ambos pisos. La ventana del lado izquierdo de la segunda planta es una obra reciente que parece datar también de la época de la restauración del edificio.
Corona la fachada una ventanita adintelada correspondiente a la falsa.
También destaca la chimenea situada sobre el tejado. De sección cilíndrica, cuenta con una salida de humos delimitada por piezas verticales de piedra y dividida en dos niveles, y remate plano de losa.