La antigua torre de Santa Elena está situada sobre un promontorio rocoso ataludado en la orilla izquierda del río Gállego.
En la actualidad se observa una torre muy arruinada. Presenta una planta cuadrangular un tanto irregular, aunque su estado de conservación y la maleza impiden apreciar como pudo ser su planta completa.
Era de obra de mampostería menuda y sillares muy bien escuadrados en las cantoneras y en el zócalo, con huecos aspillerados.
El arranque del lado oeste es el único que permanece en pie. En este paramento se abre una serie de siete aspilleras de igual diseño y medida, bajo el arranque de un arco ciego de medio punto, similares a las del fuerte de Ysil de Hecho. Las aspilleras son de salida vertical y a intramuros parecen de cierre plano, aunque el antepecho debía de presentar un pronunciado derrame.
El fuerte del siglo XIX
Está situado sobre un gran cerro que domina el valle del río Gállego y la actual carretera nacional N-260.
Para llegar a él hay que pasar el zoque de la ermita de Santa Elena y el puente de Canonges y llegar a la primera línea defensiva del fuerte, situada en la falda de la montaña. Esta estructura defensiva está compuesta por los restos del fuerte del siglo XVII antes descrito y por un largo pasadizo del siglo XIX, de más de 100 metros de longitud, excavado parcialmente en la roca y protegido por un muro aspillerado, en cuyo extremo comunica con dos garitones o casamatas para el emplazamiento de pesadas piezas de artillería.
A media montaña, modificada mediante voladuras para la construcción de este fuerte, se encuentra el edificio castrense, sobre una explanada que domina el valle.
El edificio es una construcción decimonónica con una planta rectangular de 33 x 13 metros. La planicie que se extiende ante la fachada principal se dispone a modo de patio de armas.
El edificio es de obra de piedra sillar y aspecto sobrio. Tiene planta baja y dos pisos de altura.
En la fachada principal, orientada al sur, destaca una escalera de doble tramo situada en el centro del edificio, sobre el acceso a la planta baja, que permite acceder directamente al piso alto. La escalera divide la fachada verticalmente en dos partes simétricas, donde se abren dos ventanales de arco rebajado a ambos lados del piso inferior y tres ventanales de igual tamaño y traza en los lados de la planta principal. Horizontalmente estas dos plantas están divididas por una cornisa también de piedra, donde se apoya el acceso a la planta superior. Sobre estos dos cuerpos la construcción está rematada por un paramento poco elevado apoyado sobre una cornisa, en el que donde se abren huecos rectangulares.
El resto de los muros del fuerte son de obra y diseño similar. En los lados este y oeste, y tanto en la planta baja como en la superior, se abren cuatro ventanales de igual tamaño y traza que los descritos en la fachada principal, con la salvedad que en el muro este se abre una puerta en la planta baja. El paramento posterior del edificio presenta los mismos ventanales y composición que la fachada principal.
Interiormente, la planta inferior está dividida en dos alas longitudinales. Se cubre mediante unas fuertes vigas de madera reforzadas por pilares de cemento. Esta planta correspondería a las caballerizas y almacenes.
La planta superior presenta la misma división longitudinal que la inferior; se diferencia en que esta se cubre con bóveda de cañón con la que se cubre. En este piso se encontrarían las dependencias militares, dormitorios, cocinas, oficinas…
Cabe destacar que, entre el muro trasero del fuerte y la roca, hay un corredor donde se abren cuevas excavadas en la montaña, a modo de dependencias auxiliares, algunas de ellas tapiadas y compartimentadas, seguramente destinadas al cuerpo de guardia o posiciones de defensa.