Se encuentra en el extremo oeste del núcleo, unos metros al oeste de la plaza con la escuela y el pozo.
Es una iglesia de una nave, con cabecera recta, sacristía de planta cuadrada adosada al costado norte de la cabecera y torre de gran tamaño prolongando el edificio por la zona de los pies.
En las partes bajas de algunas zonas está realizada con sillares muy regulares y de buen tamaño, como sucede en el lado sur de la cabecera. También se usan sillares como refuerzo en las esquinas. El resto del edificio está construido en sillarejo de menor tamaño y ligeramente irregular.
El exterior es muy sobrio, animado únicamente por escasos vanos dispuestos con regularidad en la parte superior de los muros de la nave.
La puerta se encuentra en el costado sur, precedida por un macizo pórtico cuadrangular abovedado mediante medio cañón, cuyo frente se abre en un gran arco de medio punto.
El interior es muy sobrio. La cubierta de la nave, que debió de ser de bóveda de cañón con lunetos dividida en varios tramos por arcos fajones (de cuyos arranques, que apean en pilastras adosadas al muro, quedan restos), está hundida. Se conserva un entablamento decorativo, moldurado con una sucesión de boceles y listeles escalonados, que recorre la parte superior de la nave a la altura del arranque de la bóveda.
A cada lado de la nave se abren sendas parejas de capillas enfrentadas, muy profundas, que no sobresalen en planta del conjunto del edificio; tienen planta cuadrangular cubierta con bóveda de medio cañón y embocadura en arco de medio punto. Parejas similares de capillas de este tipo pueden encontrarse en otras iglesias barrocas de la comarca del Alto Gállego, como las de San Miguel de Sieso, San Martín de Estallo y Santos Mártires de Aquilué, esta última fechada en 1630.
La cabecera, que al parecer era una simple continuación de la nave, debía presentar unas características estructurales y decorativas similares al resto de los espacios de la nave. En el lado del Evangelio de aquella, como acceso a la sacristía, se abre una estrecha puerta adintelada, cuyo detalle más relevante es un dintel reaprovechado en el que hay tallado un crismón trinitario característico de época románica.
La torre, a los pies, es una voluminosa construcción cuadrangular de dos cuerpos muy desiguales. El primero, que abarca tres cuartos de la altura total, parece estar distribuido al interior en planta baja y tres pisos, con vanos adintelados enmarcados por piezas monolíticas en los pisos inferiores, y una pareja de vanos para campanas en el piso superior del lienzo sur. El cuerpo superior, añadido al anterior con posterioridad, presenta las esquinas achaflanadas y un vano en arco de medio punto en cada uno de sus cuatro paramentos. La cubierta era de losa, con un alero de sólidos canes de piedra.