Se encuentra en el cementerio de la localidad. Tiene adosada por el costado sur, en la zona de los pies, la puerta del cementerio, de tipo popular, adintelada y con tejadillo de losas a dos aguas. Asimismo el muro del cementerio está adosado al ábside.

Es un edificio compuesto por una única nave, breve tramo presbiterial y cabecera semicircular orientada al este, ambos de menor altura y anchura que la nave. Está construida en su mayor parte con mampostería, si bien la cabecera y el inicio del muro norte de la nave son de sillarejo con sillares de refuerzo en las esquinas, pudiendo ser las únicas partes que se conservan de la obra original románica. Los tejados, reconstruidos en la restauración, son de losas de piedra.

Al exterior quizá los aspectos más destacados sean la ausencia total de decoración y la escasez de vanos, pues solo hay dos pequeñas ventanas aspilleradas, una en el muro de los pies y otra en el lado sur de la nave. La puerta se sitúa también en el lado sur, muy próxima a los pies. Es un vano en sencillo arco de medio punto, que muestra un relieve rehundido, a modo de medallón, en el frente de una de sus jambas y, en el intradós de la jamba, la fecha de 1635.

Dentro del románico de influencia jaquesa en esta zona del prepirineo, la iglesia de San Ramón de Belarra puede encuadrarse en un conjunto de templos muy sencillos, sin decoración mural de ningún tipo ni vanos en los ábsides, a los que también corresponden las ermitas de Fragüen en Fablo y de Bentué de Nocito.