Iglesia de planta rectangular, con nave única y testero recto, más torre de planta cuadrada adosada a la cabecera y pórtico, moderno, a una sola vertiente en el muro de los pies, que protege la portada. Está orientado al Oeste. Tras la cabecera se encuentra el cementerio.
El edificio responde a la tipología barroca usual en los pueblos de la comarca. Esta está construida con piedra de cantería en sillares de pequeño tamaño pero cuidadosa disposición y limpio trabajo; al parecer, el material fue reaprovechado de la iglesia del antiguo pueblo de Ibort, emplazado en las proximidades y que fue abandonado en el siglo XVI por problemas de estabilidad del terreno.
La parte más destacable del conjunto es la torre y la galería de madera, de acceso a la misma, que recorre la parte alta del muro sur de la iglesia. Para dar apoyo a esta galería, el muro presenta un rebaje en su grosor a partir del nivel que, por dentro corresponde al coro, de manera que queda un resalte en el mismo donde se apoya la estructura, en forma de balconcillo cubierto; la breve cubierta a una vertiente encaja los travesaños de madera directamente en el muro. Esta galería comunica el coro con el tercer piso de la torre, que en total está dividido internamente en cinco niveles.
La torre, de planta cuadrada, tiene un singular sistema de accesos. Su planta baja ejerce como sacristía, y comunica directamente con la cabecera de la iglesia por una sencilla puertecita adintelada. Al segundo piso se llega por medio de una escalera de nueve peldaños, rinconera, adosada al muro sur de la iglesia. El tercero, como ya se ha señalado, se comunica con la iglesia por medio de la galería corrida exterior de madera; y desde aquí, escalerillas interiores comunican con los otros dos niveles, de los que el más alto es el que aloja las campanas. Salvo este último, que presenta dos vanos de medio punto en su cara Este para las campanas, el resto de los pisos de la torre no tiene ventanas.
La portada original no se conserva; fue arrancada entre los años 60 y 80 y trasladada a la pardina de Larbesa, cerca de Jaca. La actual está rehecha, igual que el pórtico. Es adintelada en su cara externa y en arco rebajado hacia el interior de la iglesia. Sobre el tejadillo del pórtico se abre una ventana en arco de medio punto que constituye la única fuente de iluminación del interior de la iglesia.
Hoy, el edificio está desacralizado y se utiliza para usos muy diversos, de carácter civil. La nave, de cuatro tramos separados por arcos fajones, está cubierta con bóveda de lunetos. Los dos tramos centrales tienen capillas de muy escasa profundidad en el grosor del muro, con embocaduras en arco de medio punto rebajado. Una moldura muy sencilla corre por el perímetro de la nave, aunque no en el tramo de la cabecera, por encima de los arcos de las capillas, señalando la línea de arranque de la bóveda.
A los pies se sitúa el coro, en alto, sobre una estructura de fábrica con bóveda muy rebajada y que aloja en su extremo noreste la escalera que le da acceso.
Muros y bóvedas estuvieron recubiertos de una capa de revoco sobre la que se desplegó una decoración de pinturas murales de carácter popular, no exenta de encanto, que todavía se conserva en parte, en las bóvedas. Grecas, motivos florales y dos angelitos músicos son los elementos decorativos que aparecen representados en lo que se conserva, que son principalmente dos medallones en el centro de las bóvedas de los tramos situados hacia los pies.