Originalmente estaba situado en el núcleo de Lacort y compartía edificio con una serrería, que utilizaba también la fuerza del agua para poner en movimiento su maquinaria. En la actualidad, trasladado a Fiscal, la maquinaria se ha reinstalado en una pequeña construcción, situada en el acceso al núcleo, muy próxima al río y al puente medieval.
La parte de la maquinaria que ha sido salvada se ha reinstalado en una construcción de mampostería con el frente abierto para permitir la contemplación de su interior.
Se ha acondicionado también una conducción de agua hasta el edificio, que permite poner en funcionamiento el batán.
La maquinaria del batán ha sido reinstalada, reconstruyéndola mediante algunas piezas originales y otras realizadas específicamente siguiendo el modelo de las originales, que estaban muy dañadas. Las piezas originales que se encuentran hoy en el nuevo batán, todas ellas realizadas en madera, son la pareja de mazos con los que se golpeaba la lana, la pila de apoyo, los elevadores y las vigas de cuelgue. Por otro lado, las piezas de nueva construcción son la rueda (ubicada en el exterior, adosada al muro de la construcción, y cubierta), el eje, la pila de golpeo y la plataforma en la que se situaba el batanero.
En su ubicación original, en Lacort, el batán formaba parte de un complejo sistema hidráulico, diseñado para el aprovechamiento del agua del río Ara.
Unos kilómetros aguas arriba de Lacort, las aguas del río eran captadas por un canal que, tras cierto recorrido, llegaba a una noria donde se elevaba parte del agua. El agua sobrante pasaba por un lavadero de ropa y continuaba hacia el núcleo, atravesando un barranco a través de un acueducto de un solo ojo. A continuación alimentaba el molino, tras lo cual pasaba sucesivamente al batán y a la serrería, y finalmente era devuelta al río Ara.