Según A. Castán, se trata de un esconjuradero cuyo cuerpo se prolongó al oeste para aumentar la capacidad de almacenamiento, se reformó la puerta y se tapiaron las dos ventanas primitivas con arco rebajado, una perdida con el hundimiento.

Este autor recoge que, en 1913 el cura de Campol enviaba una carta al de Burgasé comunicándole la celebración de un matrimonio en la parroquia de Campol. De paso, le hacía llegar la “bendición de que hablamos para el día de San Gregorio y que no he podido hallar otra en el manual de bendiciones que se halla en esta parroquia”. Se detalla a continuación la oración que, decía así: “Bendice, Señor, el agua para que langostas, ratones, gusanos, orugas y demás animales nocivos huyan de esta casa, de todos los sembrados, olivares, frutos del huerto, viñas y hortalizas nuestras, sobre las cuales fuese derramada, por tu santo nombre Dios Padre Omnipotente, por la virtud de tu hijo Nº Sr. Jesucristo y por la bondad del Espíritu Santo. Ya que tu nombre santo se ve envuelto en esas mismas criaturas  tuyas, para que las mieses, viñas, olivares, hortalizas y frutos, sean alimento saludable para todos los que usen de ellas (rocíese con agua bendita).”