Ante su fachada noroeste discurre el camino de acceso al núcleo desde La Fueva.
Tiene ante su fachada principal (orientada al oeste) una explanada que era utilizada como era, encontrándose en el extremo frente a la casa el gran pajar correspondiente.
Es un gran e interesante edificio de construcción relativamente reciente, con el corral adosado a uno de sus laterales, que presenta también interés.
La casa propiamente dicho es un gran bloque cuadrangular, levantado en mampostería relativamente regularizada y posteriormente encalada, y cubierto con losa a cuatro aguas, en el que se abre una lucerna. El alero es de tablas sobre canes de madera.
Consta de tres plantas. En la planta baja destaca un añadido de mampostería que recorre toda la fachada, consistente en un triple pórtico abovedado que sostiene una estructura en la que abre una galería que parece no llegó a terminarse de construir. Uno de los pórticos alberga la portada de la casa. Otro, que queda dentro del espacio al aire libre del corral, da paso a una cuadra abovedada. En las restantes plantas abren vanos cuadrangulares de escaso interés, aunque son especialmente llamativos unos balcones abiertos en la segunda planta, que parecen haberse quedado también a medio construir, a pesar de haberse instalado la solera. También destacan unas ventanas en la fachada norte, cuadrangulares, con tejadillo protector configurado por una gran losa sostenida por gruesos canes de piedra.
En el extremo sur de la fachada se adosa el portalón del corral (junto al portalón hay un pozo, del que se hace ficha aparte), adintelado con bloque monolítico. El recinto del corral está configurado por murete de mampostería. La parte construida es un cuerpo de edificio de dos plantas adosado al lateral de la casa, abierto totalmente por su frente oeste, con pilar central de refuerzo cuadrangular y escalera de obra adosada al muro sur para el acceso a la segunda planta.
Asimismo, deben destacarse dos elementos en la fachada: un óculo calado de tracería curva que proviene muy posiblemente de una iglesia del siglo XVI. Y otro elemento cuya presencia es desconcertante. Se trata de una aspillera en gota, situada en el muro norte, hacia el camino. Se trata de un detalle muy extraño en un edificio relativamente contemporáneo, quedando como posibles explicaciones que, o bien provenga de otro lugar, como el óculo, o bien sea el único testimonio de una construcción original que fue radicalmente modificada en época contemporánea.