Descripción
Bajo el pantano. Emplazado a unos metros al sur de la iglesia, sobre el antes escarpe rocoso colgado sobre el Cinca, magnífico mirador hacia la Virgen de Monclús y el puente del Diablo
Se trata de un templete de planta rectangular, de 3,33m. por 3m, y 10m2 de superficie útil, encerrada en muros de 0,55m. de espesor.
Modelado con mampostería y cantos de río, con cantoneras un poquito mayores, acoge cuatro grandes aberturas (tres ventanas y una puerta) culminadas mediante arcos de medio punto muy rebajado. Las ventanas sur y oeste presentan internamente asientos laterales de obra.
Se cubría con falsa cúpula mediante aproximación de hiladas de estrechas lajas, al interior, y con losas de piedra al exterior.
El interior se cubría con argamasa de cal.
Su morfología se corresponde de forma casi exacta a la esconjuradera de Almazorre (Huesca) y es uno de los pocos ejemplos de esta tipología que restan en el Sobrarbe.
Estilo popular
Protección. Historial administrativo
Declaración
Resolución: 09/05/2011
Publicación: 22/06/2011
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Fuente
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PUYOL IBORT, Marta et al. Inventario de patrimonio arquitectónico de Sobrarbe y Ribagorza. Inventario inédito, CEDESOR (Centro de Desarrollo de Sobrarbe y Ribagorza), 1999-2001.
Bibliografía
Datación e historia del bien
CONSTRUCCIÓN
Desde Edad Moderna-S. XVI
hasta Edad Moderna-S. XVIII
Según A. Castán, la construcción de este esconjuradero pudo realizarse entre los siglos XVI-XVII, por los rasgos comunes generales y en particular, por los vanos de asiento, muy utilizados en Sobrarbe durante el siglo XVI para las torres defensivas y en el XVI-XVII para viviendas de alto nivel, como casa Latorre y casa Raso de Mediano.
REPARACIÓN
Edad Contemporánea-S. XXI-2022
La Confederación Hidrográfica del Ebro lleva a cabo la reparación de las cubiertas del esconjuradero y la torre de la iglesia.
Tradiciones
Su función era disolver, combatir o desviar las tormentas.
Una tormenta repentina podía arruinar la cosecha de un año. Por eso, eran una de las principales amenazas contra la economía rural. Todos los campanarios solían contar con una campana dedicada a Santa Bárbara, abogada contra las tormentas, que se hacía sonar cuando estas se aproximaban. También los sacerdotes recitaban plegarias y conjuros contra las tormentas, para alejarlas de los campos del pueblo. Estos edificios surgieron con esta finalidad, aunque también podía hacerse desde los pórticos de las iglesias o desde cámaras situadas en lo más alto de los campanarios. En todo el Pirineo hispanofrancés parecen encontrarse únicamente en Huesca y Lérida.
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Adolfo Castán recoge algunos testimonios que aportan datos novedosos, como el hecho de que el esconjuradero actuaba como depósito de cadáveres para las muertes violentas acaecidas en el término municipal. Además, en el pedazo de tierra que separaba el esconjuradero de la iglesia se enterraban los niños muertos sin bautismo redentor del pecado original.