Construida en sillería tosca de gran tamaño y cubierta con tejados de losa, es un edificio de planta rectangular, con cabecera recta orientada al este, y torre cuadrangular adosada a los pies.

Esta se encuentra precedida por un pórtico de poca profundidad cubierto por bóveda de cañón, uno de cuyos laterales está compuesto por el muro exterior de una de las capillas.

La portada propiamente dicha es casi idéntica a la de la iglesia de Araguás, debiéndose muy probablemente al mismo artífice. Es en arco de medio punto, flanqueado por dos pilastras acanaladas sobre grandes plintos, sobre las que apea un entablamento con inscripción religiosa y frontón triangular rematado por dos bolas y cabeza masculina en su vértice central. En ella aparecen las fechas de 1552 (entablamento) y 1570 (plinto de la pilastra izquierda).

Al interior, consta de nave única y tres capillas laterales, dos en el costado norte y una en el sur. Todos los espacios se cubren con bóveda de cañón corrido.

El interior de la iglesia está repicado, habiéndose conservado únicamente el revoque de la zona de la cabecera, por presentar pinturas murales de carácter popular con motivos vegetales.

Destaca asimismo el coro alto a los pies, con similitudes también con el de la iglesia de Araguás, aunque algo más suntuoso, con decoración geométrica de tradición gótica en las tres jácenas, balaustres torneados y casetones en su base.

Bajo el coro se encuentra la planta baja de la torre, abierta al espacio de la nave.

En la primera capilla del lado norte se encuentra el acceso a la torre, mediante escalera intramural.

La torre, al exterior presenta cuatro cuerpos separados por impostas, que al interior se traducen en tres pisos cubiertos por bóvedas de cañón que alternan la orientación de su eje. El elemento más interesante es el cuerpo de remate, compuesto por un templete de planta cuadrada, con vanos de medio punto abiertos en cada uno de sus paramentos y cubierto con bóveda esquifada. Se utilizaba como esconjuradero.