Se trata de una iglesia de gran complejidad e interés, producto de varias sucesivas fases de construcción, algunas de las cuales no han sido todavía convenientemente estudiadas ni datadas.
El elemento más antiguo es un cuerpo de planta rectangular, situado a los pies del actual edificio, que pudo ser la nave de la iglesia original, construida probablemente en el primer tercio del siglo XI. A ella se le añadió posiblemente en el siglo XIV un segundo tramo de nave concluido en una cabecera semicircular, todo ello en un estilo románico que muestra algunos rasgos ya protogóticos. Con posterioridad se añadieron, en el primer tramo de la nave, dos capillas góticas en los siglos XIV-XV, y una torre de construcción más reciente (siglo XIX) elevada sobre la capilla sur.
Está realizada con sillares de arenisca, si bien el aparejo presenta diferencias entre las distintas zonas del edificio, pues los sillares son más estrechos y alargados en el cuerpo de los pies y más grandes e irregulares en el resto del edificio tardorrománico.
En el exterior destaca sobre todo el mencionado cuerpo de los pies, el más antiguo, que es más ancho y ligeramente más alto que la nave que lo prolongaría por el lado oriental aproximadamente dos siglos después. También, tres portadas románicas de gran interés, abiertas en cada uno de los lados.
La portada del lado norte, actualmente cegada, parece ser la más antigua y la original del templo. Al exterior es visible aún el trazado del gran arco de medio punto de dovelas desiguales y los dos capiteles esculpidos con relieves situados en su arranque. Estos muestran una factura muy arcaica, que recuerda a la de las portadas de Santa María de Obarra y Santa Eulia de Betesa y podrían datar, como estas, del primer tercio del siglo XI; uno de ellos presenta un motivo de entrelazo y tallos vegetales, mientras que el opuesto se decora con una cruz griega y un tosco cuadrúpedo; además, sobre esta portada hay un sillar tallado con una rueda que presenta seis radios.
La portada sur está coronada con el mismo motivo esculpido en un sillar situado sobre la clave. El vano está cerrado por un arco de medio punto, con dos arquivoltas, una de las cuales presenta decoración de esferas y apea en un par de columnas coronadas por capiteles con decoración de sogueado en la base.
La portada oeste es muy similar, pero la arquivolta interior, moldurada en forma de baquetón carece de decoración adicional y ha perdido las columnas que la sustentaban. Sobre ella se abre una alta y estrecha ventana en arco de medio punto que pudo haber contado con un parteluz.
También puede destacarse el ábside semicircular, rematado por canecillos de talla cóncava, en el que se abren dos ventanas en arco de medio punto abocinadas al interior.
El interior del edificio es complejo y muestra a la perfección la diversidad de sus fases constructivas.
El primer tramo, correspondiente a la obra original, es más ancho y está techado con una cubierta de madera a dos aguas.
A continuación sigue la nave tardorrománica, un corto presbiterio y el ábside. La nave, dividida en dos tramos por arcos fajones apuntados, está cubierta mediante bóveda de cañón apuntado, al igual que el prebiterio. La cabecera, por su parte, lo hace mediante bóveda de horno, también ligeramente apuntada.
En el primer tramo de la nave se abren las capillas góticas, con embocaduras en arcos apuntados. La más destacada es la situada en el lado sur, que se cubre mediante un bóveda de crucería simple, con un pequeño escudo en la clave, cuyo interior presenta tres bandas horizontales. Los nervios de la bóveda apean en interesantes ménsulas talladas con figuras de animales.
Por el contrario, la capilla norte presenta una bóveda de cañón con lunetos, fruto de una reforma realizada en el siglo XVII.
La torre, de gran tamaño, elevada sobre la capilla sur y de construcción mucho más reciente, tiene planta hexagonal. Está dividida en tres cuerpos, separadas por gruesas impostas, en el superior de los cuales se abren vanos de medio punto para campanas.