Es un edificio cuyo máximo interés radica en ser una muestra, aunque tímida, de la hibridación de las pervivencias lombardas y de las novedades jaquesas que se produjo en el valle de Benasque durante el siglo XII. Relacionada con el cercano monasterio de Obarra.
Es un edificio construido en sillería dispuesta en hiladas regulares, salvo algún cuerpo añadido con posterioridad (como la sacristía). Presenta una sencilla planta rectangular de una nave, presbiterio muy desarrollado y cabecera semicircular orientada al este. Ante el presbiterio se abrían dos capillas cuadrangulares, aunque la situada en el costado norte fue eliminada durante la restauración. También en el costado norte, junto a la cabecera, sobresale el volumen cuadrangular de la sacristía.
La nave, dividida en dos tramos por un arco fajón de medio punto, cubre con bóveda de cañón. El presbiterio y la cabecera, de una altura muy inferior a la nave, lo hacen con cañón y cuarto de esfera, respectivamente. La capilla sur, que presenta embocadura de arco de medio punto, cubre con bóveda de cañón con lunetos. Los vanos de mayor interés son los del ábside: tres ventanas en arco de medio punto de doble derrame, correspondientes a la obra original.
En el costado norte del presbiterio se abre un estrecho pasadizo abovedado que da acceso a la sacristía (según J. A. Adell pertenece a la obra original y comunicaría con una supuesta torre inacabada). Esta se cubre con cielo raso.
Es en el exterior donde resulta más patente esa hibridación de estilos, patente sobre todo en los elementos decorativos: arquillos de medio punto ciegos en el ábside y ménsulas molduradas a modo de caveto soportando el alero de las naves.
El acceso se realiza por el costado sur, a través de una puerta en arco de medio punto que presenta capiteles moldurados rematando las jambas y una gran punta de diamante tallada en la clave. Sobre ella hay un crismón trinitario, que según García Guatas es contemporáneo de la puerta.
A los pies se eleva una espadaña de dos ojos de medio punto.
La pila benditera, semiesférica, presenta decoración de pencas en relieve y mano sujetándola en la parte inferior, como es habitual en las iglesias del valle (siglo XVII).
En fotografías antiguas conservadas en la sacristía de la iglesia, pueden verse dos elementos desaparecidos. Por un lado el pequeño pórtico que protegía la portada, con acceso adintelado y cubierta a un agua (de carácter popular y construcción probablemente más tardía que la propia puerta). Por otro, el coro alto que existía a los pies, del que destacaba la balaustrada de madera, con un interesante trabajo calado de filigrana y tracería de tradición gótica, aunque datable como muy pronto en el siglo XVI.