La ermita de San Cosme y San Damián es un edificio de una sola nave, planta rectangular, cabecera plana orientada al oeste y cubierta de teja a doble vertiente. Los materiales utilizados en su construcción fueron el tapial de tierra para el alzado de los muros y la piedra sillar para las partes inferiores, la entrada, los contrafuertes, las esquinas y las cadenas de refuerzo tanto en la cabecera como en los pies del templo. También se utilizó el ladrillo para la rosca del arco de entrada actual y para la cadena que arranca desde la clave del arco y divide simétricamente la fachada principal. La puerta de acceso en arco de medio punto de ladrillo está abierta a los pies del templo en el muro oriental, aunque la portada original de la ermita probablemente estuviera en la fachada meridional ya que se conserva un arco de medio punto en piedra tapiado en una de cuyas dovelas se puede leer la fecha AÑO 1696. En el exterior tanto la fachada meridional como la septentrional se refuerzan con dos contrafuertes de piedra que se alzan hasta el alero del edificio.

En el interior de la ermita dos arcos fajones apuntados que apean en pilastras de sillares y que sostienen una cubierta de techumbre madera a dos aguas de factura reciente, dividen el espacio en tres tramos y uno de ellos lo ocupa el coro alto situado a los pies del templo. La iluminación interior se realiza mediante dos óculos abiertos a los pies del templo y de una pequeña ventana rectangular situada en el muro meridional, en el lado del Evangelio cercano al altar.