Los restos de la ermita románica de Nuestra Señora de Saliellas se localizan en la parte más elevada de un promontorio de arenisca. En la actualidad se conserva el ábside semicircular, exteriormente descarnado en la mitad correspondiente al muro norte, y el primer tramo de la nave.
Se trataría de un pequeño templo construido en sillería de una sola nave cubierta con bóveda de cañón ligeramente apuntada, ábside semicircular y cabecera orientada al este.
La iglesia queda totalmente abierta por el lado de los pies al haberse hundido la estructura. Al interior, la cabecera se remata con ábside de tambor cubierto con bóveda de cuarto de esfera. El ábside tiene en su centro un vano de derrama interior y aspillerado al exterior. Exteriormente este ábside se remataría por una cornisa que descansaría en canecillos.
El presbiterio, hasta el primer fajón que apea en dos ménsulas que sobresalen de la línea de imposta, se cubre con bóveda de cañón apuntada. En el muro de la epístola, junto al presbiterio, se conserva un hueco rectangular. Hay otros dos vanos en derrama interior y aspillerados al exterior en cada uno de los muros de la nave. Una imposta de borde redondeado discurre a lo largo del paramento interior de los muros de la ermita.
La parte mejor conservada de su exterior es la correspondiente al lado norte del ábside y presbiterio. El lado meridional del templo ha sido desprovisto de los sillares externos, quedando descarnado y a la vista el espesor del muro. Quedan indicios de dos portadas, la que se abría en el muro norte conserva el arranque de la moldura que la enmarcaba y la otra estaría frente a ella en el muro sur.
En la base rocosa del interior del templo, en el presbiterio, hay sepulcros antropomorfos excavados en la roca y uno de ellos es infantil. Su orientación es este-oeste, con la cabeza a poniente.
En la plataforma rocosa que circunda al templo hay excavados numerosas sepulcros antropomorfos (67 contó Ricardo del Arco en 1914, sobre los cuales escribió que “miden por término medio de nueve á diez palmos de largo por dos y medio de ancho y más de tres de profundidad, habiendo algunas de dimensiones algo más considerables y otras menos como, por ejemplo, varias que debieron de pertenecer á párvulos. Son de observar muchos grupos de tres sepulturas juntas”).
En los alrededores se la conoce como "Iglesieta de los Moros". En su entorno están los restos de un poblado medieval rupestre, con silos, aljibes, plantas de habitaciones, marcas para fijar vigas, escaleras y tumbas antropomorfas excavadas en la roca.