Gobierno de Aragón Diputación Provincial de Huesca Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés

Castillo

Huesca -  Hoya de Huesca / Plana de Uesca -  Loporzano -  Santa Eulalia la Mayor

Bien de Interés Cultural  - Monumento

 Áreas de información


 Ubicación:

En un montículo situado al este del actual núcleo de Santa Eulalia.




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  • Torre antes de la restauración. Año 2002
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  • Canalillo excavado en la roca
  • Canalillo y aljibe
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Descripción


Se alza sobre un promontorio rocoso en las proximidades del núcleo de Santa Eulalia, desde donde disfruta de una privilegiada posición sobre la Hoya de Huesca y el valle del alto Guatizalema. Esta ubicación le permitía controlar el antiguo camino que, a través de Cuello Bail y Sescún, unía los llanos de la Hoya con el valle de Nocito y las tierras de la vertiente norte de la sierra.

Se trata de un complejo conjunto defensivo compuesto por una torre protegida por un recinto fortificado, de algunos de cuyos muros se conservan los arranques rodeando la cumbre del cerro, y al menos tres fosos tallados en la roca, uno de los cuales se encuentra asociado a un aljibe. De la mayor parte de las estructuras quedan hoy escasos restos, que requerirían un estudio arqueológico. Solo se conserva en su casi total integridad la torre central, cuyo aspecto ha sido relativamente alterado en la restauración.

En cuanto a los fosos, bastante colmatados de tierra en la actualidad, los tres eran paralelos entre sí y discurrían en un trazado recto norte-sur. Dos de ellos, separados entre sí por una distancia de unos 16 metros, defendían el flanco oriental de la fortaleza, mientras que el tercero se abría por el lado occidental. Este último es el que se encuentra asociado al aljibe, una cisterna de planta cuadrangular a la que vertían directamente el propio foso y una serie de canalillos complementarios tallados en la roca natural.

A la altura del aljibe se aprecian los restos de un muro en dirección este-oeste, que pudo constituir el cierre meridional del conjunto defensivo. Asimismo, en torno a la torre pueden verse restos de muros de mampostería que probablemente contribuirían a aterrazar el conjunto.

El elemento más significativo del conjunto es la torre. Se trata de una construcción de planta circular de unos 5,70 metros de diámetro y una altura original que debía superar los 10 metros. Al exterior es una construcción extraordinariamente cerrada, pues su único hueco fue la puerta de entrada, que se situaba en altura.

Por lo que se refiere a su distribución interior, se compone de un basamento macizo de unos 2 metros de altura, sobre el que se dispone un piso diáfano muy angosto (de unos 2 metros de diámetro), cerrado por un zócalo de madera sobre el que se disponía la planta principal, en la que se ubicaba la entrada (que antes de la restauración era en arco de medio punto rebajado reforzado en su parte superior por una viga de madera).

La existencia de una serie de huecos o mechinales alineados a unos 8 metros de altura, que fueron eliminados en la restauración, sugiere que la torre estaba rematada por un cadalso defensivo de madera. Sobre este, el edificio se cerraría mediante un tejado de madera.

Asensio también destaca las peculiaridades del aparejo y de la técnica constructiva utilizada. La torre se elevó con mampostería muy irregular asentada con gruesos tendeles de mortero de cal y dispuesta toscamente en hiladas. Entre la cara interna y externa del muro hay un relleno de bloques informes y mortero, reforzado interiormente con maderos de sección circular que atravesaban la mayor parte de la anchura del muro. Este detalle constructivo, según Asensio, apunta, al igual que otros aspectos (planimetría, dimensiones, distribución interior), a una relación con obras defensivas muy arcaicas del norte peninsular, tanto musulmanas como cristianas, datadas generalmente antes del año 1000.



Protección. Historial administrativo


 Declaración Resolución: 17/04/2006 Publicación: 22/05/2006
Consultar BOA

Fuente


  • ARILLA NAVARRO, Silvia. Campaña de inventario de patrimonio inmueble de la Hoya de Huesca: Zona noreste. Inventario inédito, Comarca Hoya de Huesca / Plana de Uesca, 2016.
  • GRACIA SENDRA, Dolores; Barcelona, David. Inventario de Castillos de Aragón. Inventario inédito, Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y Deporte, 2001.

Bibliografía


  • ASENSIO ESTEBAN, José Ángel. El castillo de Santa Eulalia o Santolaria la Mayor: Una visión histórica y arqueológica. La Hoya Actualidad. 2006 , nº 6, p. 17-21.
  • CASTÁN SARASA, Adolfo. Torres y castillos del Alto Aragón. Huesca: Publicaciones y Ediciones del Alto Aragón, 2004.
  • GUITART APARICIO, Cristóbal. Castillos de Aragón. Zaragoza: Librería General, 1977.

Síntesis histórica


Este conjunto fortificado, carente de estudios arqueológicos en profundidad, ha venido siendo tradicionalmente interpretado como una obra cristiana, producto de la conquista de este lugar por Sancho Ramírez en 1092, y su torre ha sido repetidamente relacionada con las fortificaciones de tradición lombarda de la Ribagorza.

Sin embargo, recientes análisis realizados con mayor profundidad antes de la última restauración del conjunto, proponen hipótesis que parecen ofrecer un mayor fundamento. Asensio (2006) considera esta fortificación como un conjunto defensivo hispanomusulmán que se constituiría entre los siglos VIII y X. Se trataría de uno de los enclaves defensivos que protegían la ciudad de Huesca (como las cercanas fortalezas de Labata y de Sen y Men en el Salto de Roldán) frente a los cristianos establecidos desde fechas muy tempranas en la zonas de sierra de Nocito y Secorún. Su paso definitivo a manos cristianas no se produciría hasta el período de 1091-1095, en el contexto del asedio de Huesca por parte de Sancho Ramírez.

Esta datación solo puede asignarse con seguridad a los fosos y al sistema hidráulico, pues la datación de la torre resulta más problemática. Asensio descarta su parentesco con las obras lombardistas de Ribagorza, debido a su aparejo, dimensiones y distribución interna, y destaca su mayor cercanía arquitectónica a ciertas torres musulmanas de planta circular de época califal (siglo X) del sur de la provincia de Soria y de La Rioja, así como a torres prerrománicas cristianas del siglo X de Navarra y Cataluña. Se trata de una construcción de un gran arcaísmo, sin ningún paralelo en la provincia de Huesca, que requeriere todavía un estudio en profundidad.

Tras la conquista del lugar por Sancho Ramírez, desde finales del siglo XI, el castillo fue encomendado a sucesivos tenentes. El primero de ellos fue Forte Ortiz, señor de Nocito y dueño de las montañas occidentales de Guara; después lo gobernaron Fortún Aznárez, Marco Ferriz y Sancho Garcés hasta 1169.

En 1249 Ato de Foces cedió el castillo y villa de Santa Eulalia y Castilsabás a los abades de Montearagón, a cambio de las poblaciones de Marcén y Las Pedrosas. Bajo la potestad del monasterio de Montearagón el castillo siguió alojando un pequeño destacamento.

El castillo y la villa siguieron en manos del señorío de Montearagón hasta 1571, en que pasaron a depender del obispo de Huesca, cuya propiedad todavía ostentaba en 1785. Sin embargo, el conjunto defensivo ya se encontraba en ruinas a principios del siglo XVII, según el testimonio del geógrafo portugués Juan Bautista Labaña.

Datación e historia del bien


 CONSTRUCCIÓN
Desde Edad Media-S. VIII hasta Edad Media-S. X

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