Es una iglesia de una nave con cabecera recta más estrecha orientada hacia el este, sobre la que se elevó la torre. Una gran sacristía cuadrangular sobresale por su costado norte.
La cabecera está construida con sillarejo de buena factura, mientras que el resto de la iglesia está realizado con mampostería mínimamente regularizada reforzada con sillares en las esquinas.
Esto, unido al hecho de que en planta los muros de la nave no encajan con excesiva regularidad con el ábside, parece indicar que el ábside es el único elemento conservado de una iglesia medieval, que sería casi totalmente reconstruida en época barroca, momento en el que también se levantó la torre sobre el ábside.
El ábside es sin duda el elemento más interesante del edificio, pues combina una planta rectangular muy arcaizante (que Antonio Durán considera de tradición mozárabe) con un friso de arquillos lombardos que decoran lo que debió ser el remate original del ábside antes de la construcción de la torre y que permiten fechar su construcción en un momento avanzado del siglo XI. Se trata de una solución formal idéntica a la de la cercana iglesia de Santa María de Belsué, sobre la cual también se elevó una torre.
La torre construida con mampostería sobre el antiguo ábside tiene un único cuerpo en cuyo lado este se abren dos vanos en arco de medio punto para campanas. La puerta está en alto, con acceso mediante una escalera de mampostería adosada al muro norte del ábside.
Aparte del ábside y la torre, en el exterior destaca el gran volumen de la sacristía, de dos pisos en los que se abren diversos vanos: un óculo y una ventana adintelada enmarcada por piezas monolíticas de piedra en el lado norte y una pequeña ventana en arco de medio punto abierta en el lado este.
El acceso a la iglesia se encuentra en el lado sur, precedido por un largo pórtico rectangular que se abre en su frente mediante un gran arco de medio punto y por el lado norte a través de un hueco adintelado. La puerta es un sencillo vano en arco de medio punto.
Al interior consta de una única nave de tres tramos, cubierta mediante bóveda de cañón con lunetos reforzada por arcos perpiaños de medio punto que apean en un sencillo entablamento decorado con listeles escalonados. El ábside, considerablemente más estrecho, se abre a la nave a través de un arco de medio punto y está cubierto con bóveda de medio cañón.
Destaca en el ábside, parcialmente oculta por un retablo moderno, una pintura mural que representa la coronación de la Virgen por Cristo, flanqueados por ángeles. Ha sido relacionada con obras del estilo gótico lineal y fechada en los siglos XIV-XV.
Tiene coro alto a los pies, sobre sotocoro abovedado con medio cañón, al que se accede a través de una escalera de obra apoyada en el muro sur.
La sacristía se encuentra a la altura del primer tramo de la nave, por el lado del evangelio. En muy mal estado de conservación, es un espacio cuadrangular cubierto por bóveda de cañón. Al piso superior de esta construcción se accede desde el exterior, a través de la misma escalera que lleva a la puerta de la torre.