Es un gran edificio exento de planta rectangular, con cuerpos dos anexos dispuestos en escuadra a la fachada que forman un pequeño patio ante la vivienda, cerrado mediante una valla de escasa altura, compuesta por dos hiladas de grandes sillares y verja de forja.
El edificio principal consta de tres plantas. La fachada muestra una sucesión de vanos adintelados (puerta en la planta baja, balcones en el piso de vivienda, ventanas en el superior) dispuestos simétricamente. En ella destaca el escudo de armas.
Situado en la planta principal, el escudo tiene forma oval y perfil ligeramente convexo. Está enmarcado por una orla de elementos vegetales muy estilizados y cueros recortados, y coronado por timbre de hidalguía. El cuerpo, cuartelado, presenta los siguientes motivos: cruz de Caravaca (o patriarcal, con dos travesaños de desigual longitud); corazón coronado; cruzado por una barra diagonal, estrella; árbol. El escudo corresponde a la familia Escuer, infanzones radicados en Almudévar y Huesca, uno de cuyos miembros, Francisco Escuer Casales, contrajo matrimonio a principios del siglo XIX con Petra Perena y Fortuño, hija del general Felipe Perena, propietario entonces de la casa.
Otro elemento destacado es el lucernario que sobresale de la cubierta, que sirve para iluminar la escalera central de la casa. Cubierto a cuatro aguas, presenta interés debido a su forjado interior de madera. A partir de una clave central, se distribuyen radialmente las vigas, apoyando las maestras en los pilares de obra de las esquinas y las restantes en los maderos horizontales que unen los pilares entre sí. Sobre las vigas se dispone un entramado de cañizo, revocado de escayola, que soporta la teja árabe de la cubierta.
Las dos construcciones laterales dispuestas perpendicularmente a la fachada albergaban una cuadra y una zona relacionada con la producción de vino, en la que se encuentran la bodega y el lagar, así como una gran prensa para el vino de torno. Esta prensa es de gran tamaño y se encuentra empotrada en el muro. Dos grandes pies derechos de piedra, monolíticos, sostienen el gran madero horizontal en el que se incrusta el tornillo. A sus pies se dispone una pila de piedra para recoger el mosto.