En origen era una iglesia románica, de la cual se conserva el perímetro, con un ábside semicircular orientado al este y nave única, realizados en sillería. En época barroca el templo fue ampliado con el añadido de dos grandes capillas cupuladas en el primer tramo de la nave, a modo de transepto; asimismo, todo el perímetro original fue recrecido y se sustituyó la bóveda. También se construyó una torre, que fue adosada a la parte central del lado de la Epístola.
La iglesia románica original está realizada con sillería, mientras que el recrecimiento barroco es de tapial, reforzado con cadenas de sillares, más alguna ocasional de ladrillo. También son de sillería las capillas laterales añadidas, que están coronadas por linternas de ladrillo.
Al exterior, destaca la diferencia de obra y materiales entre el edificio original y su recrecimiento, separados además por la cornisa original románica, de piedra, moldurada en nacela y sustentada por pequeños canes de labra convexa del mismo material. Sobre el ábside semicircular original, la parte añadida adopta además una forma poligonal.
También, los grandes volúmenes cuadrangulares de las capillas añadidas al comienzo de la nave. Están coronadas por grandes linternas hexagonales de ladrillo. En cada uno de sus paños se abre un vano en arco de medio punto. Las cubren techumbres a seis aguas, muy rebajadas, sobre cornisa de ladrillo dispuesta en esquinilla.
La portada se abre en el hastial. Es un vano en arco de medio punto trasdosado por un guardapolvo muy resaltado.
Al interior, consta de nave única, en cuyo primer tramo se abren las capillas laterales a modo de transepto, y cabecera semicircular ligeramente más baja.
La cabecera está cubierta con la bóveda de cuarto de esfera románica original. La nave lo hace con una bóveda de medio cañón ligeramente rebajada, también producto de la reforma barroca, dividida en tres tramos por fajones rebajados que apean en un sencillo entablamento moldurado y escalonado que recorre todo el perímetro de la nave.
Las capillas se abren al primer tramo de la nave a través de sencillas embocaduras de medio punto. Son espacios cuadrangulares cubiertos por cúpulas gayonadas sobre pechinas muy similares a las de la cercana iglesia de Morrano. Cuentan con una profusa decoración en yeso: en las pechinas, santos de medio bulto rodeados por guirnaldas y marco vegetal; en el arranque de las bóvedas, cabezas aladas de putti; y en los nervios de la cúpula, relieves de carácter vegetal. Una de las capillas presenta también pinturas murales contemporáneas a su construcción, relacionadas con una familia apellidada Sánchez: escudos, medallones…
También la nave conserva pinturas ornamentales barrocas, con motivos de guirnaldas, medallones, elementos geométricos…
En el lado de la Epístola se abren además dos sencillos huecos. El primero, en la parte central, en arco rebajado, da acceso a la torre. El segundo, más hacia los pies, adintelado, conserva en su interior la pila bautismal.
Tiene coro alto a los pies, con frente plano.
La torre está adosada al lado de la Epístola. Tiene planta cuadrada y su alzado no presenta particiones. En su parte superior se abren sencillos vanos en arco de medio punto para campanas, uno por cada paño.