Se trata de una iglesia de origen románico que en diversos momentos de su historia sufrió importantes modificaciones y adiciones, que han enmascarado sustancialmente su aspecto primitivo. Del edificio original se conserva exclusivamente la obra de la nave y del ábside, con sus respectivas cubiertas tardorrománicas. A ella se añadió, probablemente no mucho después, la torre campanario; con posterioridad se abrieron capillas y se construyó una sacristía en el siglo XVI y, en el XVIII, se abrieron dos nuevas capillas. A continuación se irán deslindando las distintas etapas y situando cronológicamente cada uno de los elementos que componen el edificio actual.
Es una iglesia de una nave, con tres capillas de diferentes épocas a cada lado, y ábside semicircular orientado hacia el este. Está realizada con sillería, a excepción de las dos capillas barrocas del costado sur, que son de ladrillo.
Como se ha indicado, de la obra románica original se conserva el perímetro de su nave y su ábside, muy enmascarado en el caso de la nave por los sucesivos añadidos posteriores que se suceden a lo largo de toda su longitud. Sí es bastante visible en el ábside, que presenta en su parte central una ventana en arco de medio punto con doble derrame y está rematado por una cornisa de piedra en mediacaña sobre gruesos canecillos convexos.
Los muros de la nave, que tenía un remate similar, resultan prácticamente invisibles debido a las capillas añadidas, entre las que destacan en el exterior las de época barroca. Una de ellas, la del primer tramo, está coronada por una linterna circular, circundada por estrechos vanos de medio punto; la situada más hacia los pies, de mayor tamaño, cuenta con un cimborrio sobre la cúpula, hexagonal, con paños rehundidos escalonadamente en cuya parte central se abren los correspondientes vanos.
La portada se abre en el hastial. Es una obra renacentista correspondiente a la reforma del siglo XVI. Se trata de una estructura clasicista decorada con numerosos relieves que en la mayor parte de los casos presentan una factura popular. Es un vano en arco de medio punto, con rosca decorada con cabezas aladas de ángeles e intradós con motivos vegetales enmarcados por casetones; en las enjutas hay un par de ángeles rodeados de diversos motivos mayoritariamente vegetales. Apea en pilastras cajeadas decoradas con toscos relieves de grutescos. La puerta está flanqueada por columnas corintias acanaladas que sostienen un entablamento en el que destaca sobre todo el friso, cuyos relieves son los que presentan mayor calidad en este conjunto: máscaras flanqueadas por parejas de putti dispuestas a ambos lados de una cartela de cueros recortados en la que consta inscrita la fecha de 1547. Sobre el entablamento se abre una hornacina avenerada flanqueada por pilastrillas acanaladas y enmarcada por relieves muy planos.
Al interior consta de una nave, con tres capillas a cada lado que a continuación se irán analizando, un breve presbiterio y el ábside semicircular.
Tanto la nave como el ábside corresponden a la obra medieval original, que puede fecharse en un momento muy tardío del románico, en plena transición hacia el gótico. El ábside se cubre con cuarto de esfera. La nave lo hace con una bóveda de cañón apuntado dividida en cuatro tramos por arcos fajones también apuntados que apean en pilastras de época moderna que sustituyeron sin duda a las originales románicas en el momento en que se abrieron las capillas. La bóveda de la nave arranca de un entablamento que en la embocadura de algunas capillas presenta una serie de relieves geométricos y parece datar de la reforma del siglo XVIII.
En los dos primeros tramos de la nave, por el lado del Evangelio, se abren otras tantas capillas, correspondientes a la reforma del siglo XVI. Tienen embocaduras en arco de medio punto, de roscas molduradas y escalonadas, flanqueadas por pilastras acanaladas sobre elevados plintos. Su interior está cubierto por bóvedas de crucería con terceletes y combados.
En el siguiente tramo de ese mismo costado se abre una capilla medieval, que corresponde a la base de la torre. Su embocadura es en arco de medio punto con la arista moldurada por un grueso baquetón que se prolonga hasta la mitad de las jambas. Su interior está cubierto por una bóveda de crucería simple con nervios muy gruesos. Parece datar de un momento poco posterior, si no contemporáneo, a la construcción del templo tardorrománico.
Pasando al lado de la Epístola, en el primer tramo encontramos una de las capillas barrocas añadidas en el siglo XVIII. Su embocadura, en arco de medio punto profusamente decorado por yeserías vegetales en su intradós, rosca y enjutas, está flanqueado por sencillas pilastras que sostienen un entablamento muy decorado también con yeserías. Su interior se cubre con una bóveda hemiesférica elevada sobre pechinas decorada también por yeserías que fingen falsos nervios, ente los cuales destacan medallones con figuras de santos en medio relieve.
La siguiente capilla es una obra correspondiente a la reforma del siglo XVI. Está situada frente a las dos capillas contemporáneas a ella en el costado opuesto, aunque tiene la misma longitud que la suma de ambas. Presenta una doble embocadura con una pareja de arcos de medio punto, muy similar a las ya descritas, y su espacio interior se cubre con bóveda de crucería de complejo diseño simétrico a base de combados de trazo mixitilíneo.
La última capilla de ese lado es producto de la reforma barroca. De un tamaño mayor que las restantes, está cubierta por cúpula nervada sobre pechinas, entre cuyos nervios se abren vanos de medio punto coronados por lunetos.
A los pies se eleva un coro alto, correspondiente a la reforma del siglo XVI, con frente en arco escarzano. En su sotocoro, cubierto con bóveda de crucería, se abre una pequeña capilla bautismal. El coro se prolonga en una galería por su costado norte que conduce a la puerta de la torre.
Esta tiene planta cuadrada y cuatro cuerpos. Los dos inferiores, separados por una imposta, corresponden a la obra medieval y pueden ser contemporáneos o poco posteriores a la construcción del resto de la iglesia. Los superiores, realizados en ladrillo con un estilo historicista, corresponden a una reconstrucción de principios del siglo XX.