Como es habitual en las iglesias construidas a finales del siglo XVI, la de Celadas es un edificio en el que se funden formas y estructuras góticas (si bien muy evolucionadas respecto a lo medieval) con un nuevo concepto del espacio religioso vinculado con los postulados del Renacimiento; además, en esas estructuras se integran elementos decoraciones ya plenamente renacentistas, como sucede en el caso de la portada.
Consta de una nave, con capillas laterales más bajas construidas entre los contrafuertes, y cabecera poligonal orientada hacia el este. La torre se eleva en la parte central del hastial.
Está construida con mampostería sobre zócalo de sillería. La torre es también de sillería, salvo el último cuerpo, realizado en ladrillo. La cubierta es de teja, sobre un interesante alero de ladrillo de carácter mudéjar, compuesto por sucesivas bandas a base de esquinillas, elementos verticales y pirámides invertidas.
La portada se abre en la parte central del muro, bajo un gran arco cobijo de medio punto de ladrillo que apea en pilares de sillería. Se trata de un magnífico ejemplo de portada renacentista de raíz clasicista. Se abre en arco de medio punto con frente cajeado decorado con abultados relieves e intradós moldurado, que apea en pilares también cajeados. Está flanqueada por dos columnas corintias acanaladas sobre elevados plintos, que sostienen un entablamento cuyo friso está decorado con grutescos. Del entablamento arrancan sendas volutas en relieve que sostienen un frontón triangular, configurando un espacio en cuyo interior se abren tres hornacinas aveneradas con una imagen de bulto de Santo Domingo de Silos flanqueado por dos santas.
Al interior consta de una nave, a la cual se abren tres capillas laterales por el lado del Evangelio y tres por el de la Epístola, y ábside, que por el interior es recto.
Tanto la nave central como el ábside están cubiertos por una bóveda de cañón con lunetos curvos que es producto de la reconstrucción efectuada por Regiones Devastadas en 1942; está dividida en varios tramos por arcos fajones que apean en un sencillo entablamento que también parece producto de dicha reconstrucción.
Sí se conservan las capillas laterales originales. Por el costado del Evangelio se abren en los tres primeros tramos de la nave; por el de la Epístola, en los dos primeros, a los que hay que agregar la capilla abierta en el último tramo, que ejerció la función de baptisterio y está cerrada al exterior por una verja de madera. Todas ellas son idénticas entre sí. Tienen embocadura en arco de medio punto y cubierta interior a base de bóvedas de crucería estrellada con terceletes y combados.
La torre, en el hastial, tiene planta cuadrada y cuatro cuerpos, de diferentes alturas. En el primero, separado del superior por una imposta apenas marcada, se abren sendos vanos aspillerados a la altura de cada uno de los pisos. El segundo cuerpo alberga un vano en arco de medio punto para campanas en tres de sus paños. Cada uno de los paños del tercer cuerpo está abierto por una galería de tres arquillos de medio punto. Este piso remata en una a modo de azotea, con decoración de piramidiones en sus ángulos, en cuya parte central se eleva un último cuerpo de menores dimensiones y realizado en ladrillo; es octogonal, con pilastras adosadas en sus ángulos y altos vanos de medio punto abiertos en cada uno de sus paños; lo remata una cubierta cónica.