Fortaleza islámica y bajomedieval cristiana documentada desde el año 1202. Contigua a ella o en el mismo emplazamiento, pudo situarse la primitiva aldea de Camarena.
En mayo de 1205 ya estaba en manos del rey Pedro II, que lo hipoteca como garantía de un préstamo recibido de Pedro Fernández, nieto de Alfonso VII de Castilla; este lo devolverá en agosto de 1208. En abril de 1210 Pedro II se lo otorgó a Pedro de Pomar, retornando poco después a la Corona.
En junio de 1217 el rey Jaime I se lo entrega al obispo Sancho de Zaragoza, momento a partir del cual carecemos de referencias documentales al "castillo" de Camarena; durante 45 años tampoco habrá referencias al núcleo de población, aunque sí alguna mención poco esclarecedora del topónimo "Camarena" (por ejemplo, "cerro del Recuencho de Camarena" como límite de un territorio en el que se prohibía la repoblación en 1261).
En mayo de 1262, el rey Jaime I encomienda al Concejo de Teruel la repoblación del lugar de Camarena, que se debió materializar un tiempo después (en 1263 ya hay referencias a un molino, vid. ficha 44-32-054-0008), quedando definitivamente integrado en la Comunidad de Teruel; la referencia a su posible pertenencia en 1272 a Blasco de Aragón, se interpreta actualmente como un error de grafía, al refiriéndose en realidad a Camarón.
Tal y como se ha indicado, la aldea debió asentarse junto o sobre los restos del antiguo castillo, que ya no volverá a ser citado.
En 1342 la aldea contaba con 65 vecinos fiscales que debían pagar el morabedí (posiblemente entre 130 y 160 habitantes).
Al igual que todos los pueblos de la Comunidad, sufrió los efectos de la crisis que se inició a mediados del siglo XIV: Peste Negra, guerra con los castellanos, que saquearon todo el territorio, crisis económica, pérdida de la cosecha por plaga de langosta en 1358; esta circunstancia queda patente en la reducción hasta 34 vecinos fiscales inscritos en la lista del morabedí en 1385 (entre 70 y 90 habitantes), lo que supone una reducción a la mitad del número de habitantes.
En la centuria siguiente se produjo una recuperación demográfica, como lo demuestra el hecho de que a finales del siglo XV se registraran 28 y 42 fuegos (1488 y 1495, respectivamente), lo que indica una población entre 110 y 210 habitantes.
A falta de un estudio más detallado, en el enclave nominado El Castillo se reconocen restos que podrían corresponder a la antigua fortaleza islámica, estructuras que pudieron formar parte del recinto defensivo cristiano en el que se implanto la aldea de Camarena e incluso restos de una ermita (la de San Cristobal) que en tiempos pudo ser la iglesia parroquial, documentada desde 1280 y que quedó aneja a la Colegiata de Mora tras su fundación en 1454.
En cuanto al abandono de este emplazamiento y su traslado al actual casco urbano de Camarena, debió producirse ya durante la Edad Moderna, aunque sin poder descartar taxativamente la existencia de algún tipo de ocupación bajomedieval subsidiaria en el enclave ocupado actualmente por el pueblo. El culto en el antiguo templo parroquial, transformado en ermita de San Cristóbal, subsistió hasta la Edad Contemporánea.