El Convento se sitúa en el valle del río Torrijas, en su margen izquierda, junto a la confluencia del río de los Olmos, que dará lugar al río Manzanera, tributario del Mijares. Ocupa un espacio ligeramente resaltado sobre el curso fluvial, que se corresponde con un afloramiento de arcillas y yesos del Keuper. Este espacio, sometido a procesos erosivos por arroyada difusa, se encuentra cubierto por herbáceas.
Uso del suelo: Espacio yermo, sin uso conocido.
Los restos del convento visibles en la actualidad se ubican en una parcela. En las parcelas colindantes en dirección Sur también se aprecian algunos amontonamientos de piedras que podrían corresponder a estructuras conventuales desmanteladas. A unos 120 m. hacia el Este se ubican unos corrales conocidos como los Corrales del Convento.
Documentalmente, sabemos que se edificó con el mismo diseño del convento franciscano de Chelva.
Se identifica con claridad un muro con dirección NE-SO. Tiene un primer tramo de unos 7-8 m., gira en ángulo recto, en dirección Norte, hasta alcanzar unos 4 m de largo y después vuelve a cambiar en dirección Oeste, hasta tener un desarrollo lineal de unos 15 m. de longitud. La altura conservada oscila entre 0.60 y 1.20 m. Podría corresponderse con restos de la antigua iglesia conventual. La fábrica está hecha con mampostería de piedra caliza del lugar unida con mortero de yeso y cal. La cara vista del muro presenta en algunos puntos una mampostería más cuidada, con algunas piezas que alcanzarían la categoría de sillares, aunque están ceñidos por piezas más pequeñas, tipo losa, a modo de cuña y dispuestas horizontalmente. El extremo NE de este muro gira en dirección Sur y queda interrumpido, pero en la misma línea, unos metros más al Sur, aparecen los restos de otro muro. Podría tratarse del vano de una puerta.
También se observan restos de otro muro de desarrollo circular junto a esta zona de entrada. En este caso se observa el alma del muro: piedra de mediano tamaño unida con mortero de yeso y cal.
En uno de los muros de separación entre la parcela contigua a los restos y el camino se observa la presencia de bloques calizos tallados (sillares de proporciones grandes, alguno podría formar parte de una jamba), que posiblemente pertenecerían a las construcciones del convento, pero que actualmente están fuera de su ubicación original.
Se sabe que la portada de sillería fue desmontada e instalada en un hostal de Jérica (aparece una fotografía en el libro de Francisco J. Martín Noguera sobre "La iglesia parroquial El Salvador. Manzanera (Teruel). Apuntes de su historia"). Se trata de una portada de sillería, adintelada y con frontón triangular sobre el dintel.
Restos muebles asociados
En algunas casas de particulares se conservan azulejos y restos de pavimento. Se documenta la existencia de una imagen de piedra de la Virgen, colocada en una hornacina en la portería del Convento, de una imagen del rostro de Cristo en un paño y del retablo mayor, de madera y decorado con blanco y oro, con dos angelotes que sostenían las columnas.