El enclave se encuentra situado en el pequeño relieve que ocupa la posición central de la hoya del Villar de Arriba. Se trata de un pequeño retazo de superficie de erosión que emerge con forma alomada entre los rellenos que tapizan el fondo de la hoya; está constituido por alternancia de calizas y margocalizas del Aptiense. Este espacio se encuentra sometido a procesos erosivos por arroyada difusa, que en la actualidad son especialmente intensos en el entorno de la masía, con afloramientos significativos del sustrato geológico. La cubierta vegetal esta constituida por matorral, localmente bastante denso, herbáceas (especialmente junto a la masía) y algún pie aislado de enebros y sabinas.
Uso del suelo: En la actualidad la masía se encuentra deshabitada y el espacio tiene como uso principal el de pasto ocasional y zona de paso.

El conjunto se asienta sobre un pequeño rellano existente en la ladera SSW de la loma, ascendiendo hasta cerca de la cumbre de la loma. Los materiales aparecen dispersos por un área mayor, que comprende también la cumbre de la loma.

El caserío forma un bloque compacto, que integra construcciones de muy distintos momentos y que poseen diversas funciones (vivienda, corral y otras dependencias). Anexo a este bloque hay dos patios descubiertos, delimitados con tapias. Es muy posible que el actual caserío integre construcciones de las fases medievales de ocupación de la masía.

En la parte posterior de la masía se encuentra la era y, junto a esta, un bloque secundario formado por el pajar y un corral.

En la cumbre de la loma no se detecta la presencia de restos constructivos, aunque no se puede descartar su existencia en fases antiguas de ocupación.


Restos muebles asociados
Cerámica decorada de Teruel de las series verde morada y azul. Destaca la presencia de varios fragmentos bajomedievales, si bien son mucho más abundantes los fragmentos de Edad Moderna. Ollería vidriada y cantarería, de diversas cronologías (Bajomedieval, Moderna y Contemporánea).