El enclave se localiza en la parte superior de un meandro encajado del río Majo. Se trata de un espolón rocoso que se eleva unos 200 m. más sobre el estrecho cauce del río. La zona más alta está escalonada en dos bancos calizos delimitados por paredes verticales de una decena de metros. El banco superior es una plataforma de planta triangular de unos 100 m. de largo por 40 m. de ancho. El inferior es una grada de entre 20 y 30 m. de anchura que circunvala el anterior y enlaza por el Norte con el resto del espolón. La mitad inferior son vertientes regularizadas de fuerte pendiente parcialmente abancaladas. Este espolón, separado por una vaguada del resto de la ladera del cerro Masico Pallarés, está limitado al Este por el barranco de Sanmartines, al Este por el barranco de el Moel y al Sur por el propio río Majo. Los procesos erosivos son intensos, con sectores en los que aflora el sustrato geológico, especialmente en la plataforma superior.
Uso del suelo: Pastos.
Los restos inmuebles se localizan en las gradas superiores. El material arqueológico aparece disperso por dichas gradas y arrastrado por las vertientes. Los bancos superiores tienen una extensión de 12.530 m2 y los materiales arqueológicos parecen dispersos por una superficie de unos 152.700 m2.
La plataforma superior conserva algunos restos constructivos. En el extremo septentrional y sobre la única zona de acceso, existen varios amontonamientos alargados de piedras y tierra. A unos pocos metros, junto a la cornisa oeste, encontramos un muro de piedras de doble hilada de unos 2 m de largo por 0,4 m.
En el centro, se localiza una pequeña hondonada circular de un 3-4 m de diámetro y delimitada por bloques de piedras. Puede corresponderse con la posible torre que menciona F. Arasa (Arasa 1985-86).
En toda la plataforma el nivel de suelo ha sido muy lavado aflorando en varios puntos la cantera natural.
El acceso se realiza por el extremo norte aunque no se constata la existencia de restos constructivos de acondicionamiento. En la grada inferior los restos inmuebles son más numerosos, mejor conservados y corresponden a los restos de un despoblado. Se localizan en la zona meridional y la trama urbana se identifica claramente. Son viviendas de planta rectangular distribuidas ambos lados de una calle central. La parte trasera dan bien a la pared del banco superior o bien a la cornisa de la grada. Sus dimensiones son de unos 13 m de largo por 7-8 metros de lado. En algunas de ellas se identifican divisiones interiores y la puerta de acceso entorno al 1,8 m de anchura. Los muros son de doble hilada de bloques de piedra, algunos de ellos de gran tamaño (1,2 x 0,3 x 0,25 m.) y colocados a canto seco. Su anchura es de unos 0,8 m y la altura máxima conservada apenas llega al metro. De estas construcciones destaca un edificio de diferente fábrica en el sector sureste, con su parte trasera sobre cortado natural. Tiene una planta rectangular de unos 10 x 5 m. Está mal conservado, pero el muro trasero mantiene todavía un alzado de casi 2 m de altura y una anchura de 0,7 m. La parte inferior es un zócalo construido en mampostería irregular de bloques de piedra trabados con cal y canto. Al interior, conserva todavía restos de un enlucido de cal. Sobre este zócalo se continúa en tapial de tierra y abundantes cantos de piedra. El acceso parece abrirse en la pared este. La calle es un espacio abierto de unos 5-6 m. de ancho que sigue el eje central de la grada. Actualmente se encuentra cubierta por la vegetación.
Restos muebles asociados
La mayoría de los fragmentos se localizan en la plataforma superior donde el suelo ha sido erosionado. Son cerámicas andalusíes, principalmente cerámicas comunes a torno. También aparecen en la grada inferior. En sector Este se han localizado varios fragmentos de cerámica a mano de la Edad del Bronce. En las viviendas el material es escaso y su localización se ve dificultada por la presencia de vegetación. En las laderas el material aparece disperso y arrastrado de las zonas más altas. Atrián et alii mencionan la presencia de cerámica de la Edad del Bronce. F. Arasa también recoge la presencia de material de está cronología, cerámica medieval y una punta de flecha de bronce.