Gobierno de Aragón Diputación Provincial de Huesca Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés

Ermita de Sant Miquel d'Espinalbar

Ermita de San Miquel de Espinalbar (SECUNDARIA)

Teruel -  Matarraña / Matarranya -  Valderrobres -  Valderrobres


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Descripción


Vista general

Conjunto formado por la ermita, el patio, dos masías y un pajar.

El conjunto está situado en la cabecera de un pequeño barranco que desciende en dirección norte. Toda esta zona de la cabecera cuenta con edificios o estructuras construidas relacionadas con la agricultura y la ganadería. Se trata de un espacio en forma semicircular, a modo de anfiteatro, cerrado por laderas de fuerte pendiente.

Es un conjunto de elevadísimo interés, por su magnitud y complejidad, por su representatividad y, especialmente, por haber configurado un espectacular paisaje construido que en la actualidad se mantiene todavía con bastante integridad.

En cuanto a la configuración general y estructuración del conjunto, como se ha indicado, gira en torno a los edificios de culto y vivienda, que se encuentran agrupados en la cima del monte que cierra el anfiteatro por su lado este, junto con otras construcciones menores como cuadras u horno de pan. En sus proximidades, también en la zona de la cima, hay dos eras de trilla con sus respectivos pajares. También en la zona alta, aunque ya un poco más alejados de los edificios, se elevan dos grandes corrales para ganado ovino. Por debajo de estas construcciones, las tres laderas que componen el anfiteatro de la cabecera del barranco están abancaladas mediante gruesos muros de piedra seca que, en general, se conservan bastante íntegros.

El conjunto edificado, compuesto básicamente por la ermita y las masías, que forman un bloque compacto, tiene forma de U. Los travesaños paralelos albergan la ermita y una cuadra, en el lado derecho, y una de las masías con todas sus construcciones auxiliares (cuadras, horno); el travesaño horizontal, la segunda masía. En la parte central, entre la ermita y la primera masía, queda un estrecho espacio a cielo abierto, a modo de patio y distribuidor. Todos los edificios se encuentran en avanzado estado de ruina.

El frente o fachada principal del conjunto está orientado hacia el oeste, donde se encuentra la cabecera del barranco y el resto de las construcciones de carácter agropecuario. Está compuesto por la fachada de la masía 1 y el lateral de la ermita, entre los que se abre el acceso al interior conjunto: un amplio arco de medio punto, realizado con dovelas de toba, sobre salmeres ligeramente salientes; sobre el arco se eleva una esbelta espadaña en arco de medio punto.

Da acceso al patio interior, empedrado con cantos, al que se abre la portada de la ermita y, al fondo, una pequeña escalera que da acceso al interior de la masía 2.

La ermita es una sencilla construcción de planta rectangular, realizada en mampostería revocada con barro y cubierta con una techumbre de teja a dos aguas, que se encuentra hundida en la actualidad. La portada de la ermita es un vano en arco escarzano, cuyo intradós está resaltado por una gruesa moldura en listel; apea en jambas de cantería, en las que se insertan sendas piezas salientes a modo de salmeres. El interior es un espacio unitario de gran sencillez, que no conserva ningún elemento arquitectónico ni decorativo original. A los pies se eleva todavía un coro alto muy deteriorado, sobre forjado de madera y con jácena frontal también de madera. Desconocemos cómo estaría cubierto el interior, aunque pudo contar con una sencilla bóveda vaída o un cielorraso plano. Parece una construcción relativamente reciente, aproximadamente del siglo XIX, aunque la existencia de la ermita está documentada desde el siglo XIV. Los vecinos de Valderrobres realizaban una romería anual a esta ermita en el mes de mayo (Santmiquelet de maig). Solían salir la víspera de la localidad y se reunían en una masía llamada Torre Sancho, a partir de la cual continuaban en grupo hasta la ermita.

Las dos masías presentan unas características constructivas muy similares. Ambas tienen planta rectangular, a la que se van adosando diversas construcciones auxiliares, y dos pisos de altura, más un espacio bajo cubierta. Están realizadas con mampostería muy irregular, parcialmente revocada con barro en algunos puntos, y cubiertas con teja a dos aguas. Los vanos son todos adintelados y, en general, de muy pequeño tamaño. Al interior, los forjados son de madera, con suelos probablemente de tablas, y pueden encontrarse tabiques de cañizo revestido de barro.

Debido a su avanzado estado de ruina, resulta difícil reconstruir la estructuración interior de las viviendas. En el caso de la masía 1, la más grande y mejor conservada, la puerta de acceso daba paso a un zaguán, que tenía a un lado una cuadra y en el opuesto una cocina en la que se conservan restos de una chimenea. También del zaguán arrancaban las escaleras de acceso a los pisos superiores, que se encuentran muy arruinados.

Por el extremo que quedaba libre, hacia el exterior, a este edificio principal se le fueron añadiendo construcciones auxiliares: un pequeño corral, un horno de pan cuyo frente todavía se conserva…

En las proximidades del conjunto de vivienda, también en la cota superior de la ladera, se encuentran las dos eras de trilla con sus correspondientes pajares.

En ambos casos son espacios de planta semicircular ligeramente sobreelevados. Sus frentes, curvos, están reforzados por obra de mampostería en seco, de aproximadamente 1 m de altura: como en todas las infraestructuras agrícolas y ganaderas de este conjunto, están realizadas con mampuestos de caliza de tamaño pequeño-medio muy irregulares. Son paredes muy gruesas, ya que entre el talud natural de tierra y la cara exterior de la pared se introduce un relleno de piedra menuda; están coronadas por una hilada de losas muy planas que abarcan toda la anchura del muro.

Una de ellas se encuentra ante la fachada lateral de la ermita. Su pajar está integrado en el perímetro curvo del frente de la era y aprovecha para su construcción el acusado talud, lo que le permite ganar altura por la parte trasera y contar con dos accesos independientes: una puerta en el frente que da a la era para introducir directamente la paja después de la trilla y otra en un lateral para el acceso propiamente dicho al interior.

La segunda era está unas decenas de metros al sur del conjunto de vivienda y es muy similar a la anterior. El pajar es una construcción algo más compleja, con planta en forma de L y un espacio abierto ante la fachada a modo de porche, cuya cubierta está sostenida por un pilar cuadrangular.

También próximos a la casa, aunque algo más alejados, se encuentran los dos grandes corrales para ganado ovino: uno, al oeste de las viviendas, en las primeras terrazas de la ladera que desciende hacia el barranco; el segundo al sur, en la cota superior.

Presenta mayor interés el primero de ellos, por su configuración más compleja y por conservarse en un estado mucho más íntegro que el segundo. De forma irregular, y con un trazado que se va adaptando a la pendiente del terreno, está cercado por un muro por tres de sus lados, quedando por la parte inferior delimitado por el talud vertical de un bancal. Se trata de un muro de una altura variable según las zonas, pues aunque en general ronde en torno a un metro, en algunos tramos puede alcanzar los 1,80 m. Está realizado con caliza de pequeño tamaño aparejada en seco, a dos caras, con relleno de piedra menuda, y rematado por una hilada de piedras en general más grandes y delgadas dispuestas verticalmente, en rastell. El cercado tiene unas dimensiones aproximadas de 90 x 100 m.

Conserva en su interior un triadó, un pequeño corral destinado a aislar temporalmente a aquellos animales que lo requerían (ovejas enfermas o recién paridas, corderos); es un pequeño recinto cuadrangular, adosado al muro superior del cercado, y delimitado por paredes con las mismas características que las del recinto general. Asimismo, incluye dentro de su perímetro las fajas superiores de la ladera aterrazada que desciende hacia el barranco, cuyos laterales estaban cercados por el muro del corral; quizás estas fajas eran ocupadas solo temporalmente por el ganado y su acceso podía cerrarse mediante vallas móviles de madera dispuestas entre el extremo del bancal y el cercado perimetral.

El segundo de estos corrales, al sur, es un recinto también de gran tamaño (100 x 65 m), planta rectangular y cercado perimetral elevado en piedra seca, de similares características al anterior. Sin embargo, se encuentra más arrasado, quedando en pie aproximadamente la mitad de su trazado.

Por último, las terrazas dedicadas a la explotación agrícola configuran un conjunto espectacular, por su magnitud y dimensiones, su potencia visual y su modelado del paisaje. Se encuentran a lo largo de las tres laderas que configuran el anfiteatro de la cabecera del barranco.

Se trata de paredes de trazado curvo, cuyo trazado recorría generalmente sin interrupción toda la cabecera del barranco, dispuestas sucesivamente en semicírculos concéntricos. De alturas variables, de entre 1 y 2 m, están realizadas en piedra caliza de pequeño tamaño aparejada en seco. Su rasgo más llamativo es su inusual grosor, pues son paredes a doble cara con un relleno intermedio de piedra menuda (en algunos casos mezclada con tierra, aunque no es lo más usual) que puede oscilar, según los puntos entre 1 y 1,5 m. Están coronadas por una capa de piedra menuda. Sus extremos están cerrados mediante grandes bloques de caliza.

En general puede decirse que las paredes de la ladera donde se encuentran los edificios destacan por su grosor (de 1,30 a 1,50 m) y las levantadas en las dos laderas restantes lo hacen por su altura (que ronda los 2 m y en algunos casos los supera), aunque su grosor también es significativo.

En una de las paredes de la ladera sur se abre un pequeño caño para resguardar a la sombra la comida y bebida. Está situada a unos 60 cm del suelo. Es una abertura rectangular, cerrada con losas planas por la parte superior e inferior, de una profundidad aproximada de 60 cm.



Fuente


  • PUYOL IBORT, Marta. Catálogo de construcciones en Pedra en Sec en la Comarca del Matarraña/Matarranya. Fase I. Inventario inédito, Comarca del Matarraña/Matarranya, 2018.
  • Plan de Promoción y Gestión del Patrimonio Cultural Comarcal. Inventario inédito, Comarca del Matarraña/Matarranya, 2005.

Síntesis histórica


La sierra de Espinalbar recibe su nombre del espino Albar, una de las plantas silvestres más abundantes en ella y cuya floración ronda el mes de mayo. Esta circunstancia era aprovechada por los valderrobrenses para celebrar la romería hasta esta ermita, levantada en época medieval para rendir culto a San Miguel arcángel, y cuyo festejo siguió celebrándose hasta el siglo XIX, momento en que fue prohibido para recuperarse brevemente en los años posteriores a la Guerra Civil. La conservación de la ermita ha tenido numerosos altibajos a lo largo del tiempo. En el siglo XVII sufre un devastador incendio que obliga a reconstruirla desde sus cimientos. Después de la reconstrucción se mantiene en buen estado hasta que es saqueada en la Guerra Civil, perdiéndose buena parte de su imaginería e iconografía, apenas recuperada en los años posteriores. El fin de la romería la condena al abandono y a un progresivo olvido, hasta el punto de que en 1988 se hunde su tejado quedando pendiente aun hoy, una restauración que la devuelva a su antiguo esplendor.
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