Descripción
Su interior es uno de los más amplios y armoniosos entre los de las iglesias del siglo XVI de una sola nave. Tiene cuatro tramos de planta sensiblemente cuadrada, gran anchura de casi diez metros y cabecera poligonal. Todo el conjunto está cubierto con bóvedas de crucería estrellada de compleja tracería, entre los cuales se sitúan arcos perpiaños de medio punto con casetones que apoyan, junto con el arranque de los nervios, en una sencilla imposta que recorre el espacio, desde la que arrancan los amplios ventanales de medio punto que iluminan el espacio.
Bajo el nivel de la imposta los arcos se prolongan en pilastras adosadas de escaso relieve. Entre ellas se abren, por medio de grandes arcadas de medio punto con arquivolta moldurada e intradós encasotenado con pinjantes, las capillas laterales, que se cubren al sur con bóvedas de crucería estrellada y las del lado de la epístola con linterna. El espacio del tercer tramo corresponde al pórtico de acceso, que exteriormente está abierto mediante una portada de medio punto entre pilastras, con una hornacina exenta, con frontón sobre el alero. El coro alto ocupa el tramo de los pies y se sustenta en un gran arco escarzano.
La torre presenta un primer cuerpo ciego de piedra, con planta cuadrada, que llega a la altura de la cornisa de la nave. Luego hay otros tramos de planta cuadrada decreciente sucesivamente, construidos con ladrillo con pares de vanos de medio punto y con frisos de esquinillas como motivo decorativo. Está rematada con un pequeño cuerpo octogonal y chapitel.
El resto de volumen exterior presenta la elegancia de la nave central con su remate poligonal y los contrafuertes que emergen del cuerpo de capillas laterales, entre las cuales se disponen los vanos de medio punto de iluminación.