El edificio denominado habitualmente "La Adriática", por ser sede durante muchos años de esta compañía italiana de seguros, está situado en una pequeña parcela en la confluencia del Coso, la calle Palomeque y la plaza de San Roque, con triple fachada a estas.

La estrategia principal del proyecto consistió en concebir un edificio de gran escala y monumentalidad en un entorno urbano en proceso de regeneración. Las limitaciones de la parcela se ven compensadas por una mayor dimensión en altura respecto a los edificios vecinos y por la composición de sus fachadas basada en órdenes gigantes clásicos.

El volumen edificado supera los cuarenta metros de altura total. Se desarrolla en trece plantas y sótano en un pionero programa triple de locales comerciales, oficinas y viviendas. Las plantas baja y entreplanta se destinan a locales comerciales, las seis plantas siguientes a oficinas y las cuatro superiores, junto con el ático, a viviendas.

Las fachadas presentan un lenguaje clásico de pilastras, frontones y balaustradas, inspirado en los orígenes italianos de la compañía Adriática. La triple funcionalidad del edificio se refleja en los alzados mediante una composición estructurada en tres cuerpos. La transición de uno a otro se resuelve mediante plantas intermedias cuya horizontalidad equilibra la verticalidad de los órdenes gigantes clásicos que articulan la composición. Los huecos se disponen entre las pilastras clásicas unidos verticalmente entre sí formando un gran vano vertical en cada uno de los cuerpos.

Las plantas baja y entreplanta, dedicadas a locales comerciales, se conciben como basamento del edificio y se revisten en piedra. La planta principal, destinada inicialmente a la representación social de la compañía Adriática, sirve de transición entre el basamento y el cuerpo central, intercalando paños revestidos en piedra con el enfoscado color claro del resto del edificio. Esta planta, de mayor altura que el resto, destaca por las balaustradas clásicas de los balcones y por la ornamentación de los huecos mediante frontones clásicos. En el cuerpo central, correspondiente a las cinco plantas de oficinas, los huecos acristalados se articulan verticalmente mediante pilastras de orden corintio que se rematan con una cornisa moldurada coincidente con la de los edificios colindantes del Coso. Sobre ésta, se dispone la primera planta de viviendas que sirve de transición hacia el cuerpo superior. Esta planta presenta amplios huecos rectangulares subdivididos por pilares cuadrangulares y se remata superiormente con una cornisa de mayor vuelo que la anterior, sobre la que se alza el cuerpo superior. Este último contiene el resto de las viviendas y se retranquea formando un volumen exento. En la parte superior el conjunto se corona con un remate balaustrado interrumpido por el torreón situado en el eje de simetría de la fachada principal.

La continuidad de la composición de las tres fachadas se enfatiza con la solución curva de las esquinas. En el cuerpo superior las esquinas se retranquean acentuando la esbeltez del conjunto.

El interior del edificio, especialmente en los dos tercios inferiores, se encuentra muy modificado respecto a su concepción original.